El vilagarciano de Obra en la cuadrilla de Moncho Fernández

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

álvaro ballesteros

Fichado este verano para el filial santiagués tras una vida en el BBC, Brais Losada ha entrenado ya 10 días con el plantel ACB

01 sep 2016 . Actualizado a las 13:05 h.

Lo que se le presentó este verano a Brais Losada Frieiro (Vilagarcía de Arousa, 14 de agosto de 1997) es una de esas raras oportunidades que salpica la vida, y que a más de uno llevarían a pensar aquello de ‘dónde está la cámara oculta’. Una oferta imposible de rechazar para un joven jugador como él, vestida de golosa beca deportiva, al menos para el estándar galaico. Con estancia y manutención en Santiago cubiertas. ¿Por? Por sumarse a las filas del Obradoiro B y el ambicioso proyecto que el club compostelano tiene para su segundo plantel, con dos ascensos encadenados en el horizonte a fin de alcanzar la LEB Plata en el 2018. Y como incentivo asociado a la productividad, un vestuario ACB.

En su primera quincena en la casa miudiña Losada ya ha disfrutado del menú degustación completo, con diez días de trabajo a las órdenes de Moncho Fernández. Y una vez probado, quiere más.

Jugador del BBC, hoy CLB, desde los 5 años, el ala-pívot arousano cubrió su primer año sénior el pasado ejercicio en el Sigaltec. «Supongo que el Obra se habría fijado en mí la temporada pasada, de cuando nos enfrentamos en Liga -de 1.ª Autonómica-». Ello, dice Brais, y «las referencias que dieron dos compañeros que ya estaban allí, Javi Cal -ex Xuven- e Iago Rey», le habrían abierto las puertas a una beca de la Fundación Heracles, ligada al club.

«Me sorprendió que me llamara el Obradoiro, y me ofreciese todo esto», comenta el arousano, que dejó todo en manos de su hermano mayor, el ex entrenador del Os Ingleses y hoy seleccionador gallego de rugbi David Losada, la persona con la que contactó el club interesándose por el vilagarciano para el nuevo proyecto B que dirige el ex pívot profesional del plantel ACB Oriol Junyent.

El martes 16 de agosto, relata Brais, «fui a la Festa da Auga, y por la tarde estaba en el piso de Santiago» que comparte con media docena de compañeros del filial y su segundo entrenador. «Al día siguiente empecé a entrenarme, y ese jueves me avisaron de que fuese a ayudar en el ACB al lesionarse Rodrigo Gómez», uno de los cuatro jugadores del B que hasta este lunes sirvieron de apoyo en la preparación del primer equipo.

«El alto nivel de exigencia. El compromiso de los jugadores. Y el compañerismo; te reciben como si fueses de la plantilla de toda la vida». Eso es lo que más impactó a Brais en su primer día de trabajo ACB. El día a día, la mayoría con dobles sesiones, «fue muy duro por el trabajo, pero también reconfortante», añade. «Aprendes muchísimas cosas, con media docena de técnicos pendientes y sabiendo que si haces algo mal alguien te va a ayudar a corregirlo. Y sobre todo, te sirve para darte cuenta de todo lo que hay que dar para estar a un nivel así».

Moncho Fernández lo trató como uno más, y «como a todos, a veces me reñía, y a veces bromeaba contigo». Pero lo más importante se lo dijo El Alquimista a Brais por boca de su técnico en el B de regreso. «Oriol me contó que quedaron muy contentos, y que dejan la puerta abierta a volver a trabajar con ellos». Brais pondrá todo de su parte, porque «sería emocionante llegar algún día a la ACB. Para eso trabajo».