El paseo entre Vilagarcía y Vilaxoán empieza a ver la luz 25 años después

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Mónica Irago

El tramo contará con bancos en los que poder tumbarse, olivos, iluminación, un carril bici y velocidad de tráfico limitada a 20 kilómetros por hora

30 abr 2021 . Actualizado a las 17:56 h.

El paseo litoral entre Vilagarcía y Vilaxoán es uno de esos proyectos que, por la razón que sea, no tienen suerte. Lo intentó el socialista Javier Gago, que desde la alcaldía conseguía del Ministerio de Medio Ambiente en 1996 un protocolo para dar continuidad en dirección sur al enorme trabajo que se había hecho hacia Carril. Más de una vez lamentó Gago públicamente que la flamante ministra Isabel Tocino le diese portazo al asunto en cuanto tomó posesión tras el cambio de color político en Madrid. Recogió el guante José Luis Rivera desde la Autoridad Portuaria aquel mismo año, encargando un notable diseño a Consultora Galega que tampoco prosperó. Por fin, en el 2010, el entonces delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro, se presentó en Ravella para entregar a la regidora Dolores García un proyecto valorado en 1,4 millones de euros que debería haberse iniciado aquel mismo año. Un problema con la cesión de terrenos lo impidió.

Estos son los larguísimos prolegómenos que se acumulan detrás de los trabajos que ayer visitó el actual alcalde, Alberto Varela, acompañado por los concejales Paola María, José María González y Álvaro Carou, así como por la dirección de obra. Lo que se está ejecutando desde hace meses en el tramo de la avenida Víctor Pita que discurre por Canelas no es tan ambicioso como aquel diseño de Louro, pero ha costado un dinero. Sobre todo por la rectificación sobre la marcha que el gobierno socialista tuvo que trazar para mantener los dos carriles de circulación rodada que reclamaban los vecinos de Vilaxoán. Finalmente, se ha ido por encima de los ochocientos mil euros, que Ravella ha podido financiar a base de fondos europeos y los remanentes de tesorería de los que gozan las arcas municipales. «Creo que o resultado -subrayó el regidor- merece a pena».

El nuevo paseo, que salva la parte más complicada de Ferrazo y seguramente pida en el futuro una prolongación, interviene sobre una zona degradada y peligrosa, como bien saben quienes la frecuentaban a pie, en bicicleta o al trote. Faltan todavía por ser instalados los elementos que definirán su estética y parte de su funcionalidad, pero el grueso de la estructura está ya en su sitio. Entre un mes y un mes y medio es el tiempo que Alexandre Mouriño, director de obra del estudio AM2 que lo ha diseñado, calcula para que esté plenamente operativo.

«Por fin facemos posible camiñar dende Vilagarcía a Sobradelo e Vilaxoán sen darlle as costas ao mar», añadió Varela, quien recuerda que el proyecto no solo actúa sobre la superficie, sino también en las tripas de Canelas, corrigiendo canalizaciones deficientes y vertidos a la ría. El alcalde apuntó que el muro de la depuradora tuvo que ser retranqueado para ganar el espacio que permitiese habilitar los dos carriles para la circulación motorizada, una vez que los vecinos rechazaron la idea de un solo carril y un semáforo que alternase los dos sentidos del tráfico.

Que a Vilaxoán en su conjunto le hace falta cariño en forma de políticas activas de dinamización tampoco es ningún secreto. Varela insistió en el compromiso de su equipo con este objetivo, y recordó actuaciones como la creación de la escuela infantil, la reforma de la calle Vázquez Leis o la rehabilitación en ciernes de la plaza de abastos.

Olivos, bancos en los que tumbarse, carril bici y tráfico a veinte kilómetros por hora

s. gonzález

Aunque las obras no están concluidas y los vehículos a motor todavía no pueden internarse en la avenida de Víctor Pita, tanto los caminantes como los ciclistas y los corredores han hecho suyo ya el paseo. «En cuanto hormigonamos la plataforma, la gente comenzó a utilizarla», relata el director de obra, Alexandre Mouriño. En apenas unos minutos, el tránsito por Canelas confirma las palabras del técnico, que está convencido de que este tramo pasará de ser una simple zona de paso a un lugar del que disfrutar, cuyas magníficas vistas sobre la ría compensan las molestias que pueda generar la depuradora.

Lo que todavía no puede verse es lo que permitirá explotar a fondo las posibilidades de esta infraestructura. Mouriño explica que el área peatonal dispone de cuatro metros de ancho. Estarán separados del carril bici por una franja en la que se dispondrán 22 bancos recubiertos de madera. Algunos de ellos contarán con chaise longues en las que poder tumbarse. El arbolado que antaño recorría el muro de la depuradora ha sido retirado en el proceso de su retranqueo, pero el paseo no renunciará a la ornamentación vegetal. En este caso, el estudio AM2 ha elegido una especie de reconocida resistencia, que le hará falta, dada su exposición al mar de Arousa: el olivo.

No es menos importante la velocidad de circulación que soportarán los dos carriles destinados a los vehículos a motor. La nueva normativa de Tráfico limita este tipo de zonas a veinte kilómetros por hora. «Estoy convencido de que la gente va a vivir este lugar», sostiene el técnico.