Una asesina en serie de mujeres mayores, detenida por otro crimen en A Coruña durante un permiso penitenciario

Alejandro García Chouciño
a. g. chouciño A CORUÑA

A CORUÑA

Remedios Sánchez durante el juicio del 2008, cuando fue condenada a 144 años por el asesinato de tres mujeres mayores
Remedios Sánchez durante el juicio del 2008, cuando fue condenada a 144 años por el asesinato de tres mujeres mayores TONI ALBIR

El Juzgado mantiene el secreto de sumario sobre el crimen del 3 de octubre y la Policía Nacional continúa recabando pruebas sobre los movimientos de la arrestada, identificada como Remedios Sánchez

14 oct 2025 . Actualizado a las 19:14 h.

Pudo ser el crimen perfecto. Durante unas horas, la muerte de C. G. V., una coruñesa de 91 años, se registró el pasado 3 de octubre como un fallecimiento natural. Aparentemente, una caída fortuita en el baño de una persona mayor que vivía sola. Pero una serie de indicios hicieron saltar las alarmas y terminaron con Remedios Sánchez (Boimorto, 1957), una asesina en serie condenada en el 2008, como presunta autora del ataque que acabó con su vida.

La víctima residía desde hacía años en su vivienda de la avenida de Monelos. Los vecinos que la conocían señalaron que era «una mujer discreta, muy buena, y de trato amable. Muy prudente con las visitas que recibía». De hecho, precisaron que «siempre se aseguraba de quién llamaba a su puerta». Hasta hace poco. «Últimamente varias personas vimos que la acompañaba en algunas ocasiones una mujer que no era del barrio. Nos sorprendió por cómo solía ser ella de reservada», sostuvo una residente cercana. La investigación del 091 tendrá que aclarar ahora cómo y cuándo se conocieron Remedios y C. G y si el móvil del crimen fue económico, como ya sucedió en los anteriores asesinatos.

La primera valoración médica no detectó signos de violencia, pero unas grabaciones en las que se ve a una desconocida en la casa en el día de los hechos dieron un giro en el caso. Ante esta nueva información, el Juzgado de Instrucción número 6 de A Coruña, en funciones de guardia, ordenó detener el velatorio y practicar una autopsia judicial. Los forenses descubrieron lesiones compatibles con una muerte violenta por asfixia y fracturas costales. En paralelo, la policía científica analizó las imágenes y logró identificar a la mujer que aparecía en las grabaciones como Remedios Sánchez, que se encuentra interna en la cárcel de Teixeiro. También se halló una huella coincidente en el domicilio.

Fuentes judiciales y penitenciarias confirman que la mujer, identificada como Remedios Sánchez (Boimorto, 1957), disfrutaba de un permiso ordinario de varios días concedido tras años de cumplimiento de condena y buena conducta. Cumplía penas que sumaban más de 140 años de prisión por tres asesinatos consumados y varios intentos cometidos en el verano del 2006 en Barcelona, aunque la legislación vigente establece un límite efectivo de cumplimiento de 25 a 30 años.

Detención y nuevo ingreso en prisión

Remedios fue detenida el 8 de octubre dentro de la propia prisión de Teixeiro, adonde había regresado tras su permiso. La investigación, bajo secreto de sumario, está dirigida por el Juzgado de Instrucción 6 de A Coruña. A la reclusa se le imputan los delitos de allanamiento de morada y asesinato. Fuentes penitenciarias confirman que la mujer había disfrutado ya de varios permisos en los últimos meses, tras un largo período sin sanciones y con evaluación psicológica favorable. «Cumplía los requisitos legales para obtener permisos, aunque su historial es muy grave», señalan desde el centro. La junta de tratamiento aprobó las salidas, como permite la ley para los internos en segundo grado con buena conducta. La delegación del Gobierno, por su parte, declinó hacer declaraciones sobre este caso tras se consultada por La Voz de Galicia.

El Juzgado mantiene el secreto de sumario y la Policía Nacional continúa recabando pruebas sobre los movimientos de la detenida durante su estancia fuera de prisión.

Retrato de una criminal

La ludópata que fue invisible para los Mossos durante casi un mes

Remedios Sánchez formaba parte de una familia de once hermanos y abandonó la aldea de San Cristovo de Dormeá, en Boimorto, cuando tenía 16 años. Se trasladó a Barcelona, se casó y tuvo dos hijos gemelos. Encontró trabajo como cocinera, pero tenía un grave problema: «las máquinas tragaperras y el bingo eran su refugio», así lo indicaban las publicaciones realizadas por La Voz tras su detención en el 2006. De hecho, poco antes de cometer el primero de los tres asesinatos, la Reme ya tenía importantes problemas económicos derivados de su ludopatía.

Los hechos ocurrieron entre el 10 de junio y el 3 de julio del 2006 en Barcelona, cuando en menos de un mes Remedios Sánchez cometió todos sus ataques y asesinatos, que fueron «especialmente violentos y contra ancianas que no podían defenderse», y a las que intentaba asfixiar o estrangular con diversas prendas.

Las muertes generaron una gran alarma social y fue precisamente un pago en un bingo lo que hizo posible identificarla. Remedios había utilizado una de las tarjetas de crédito sustraídas en la casa en la que había intentado matar a una anciana el día anterior. Aun así, los Mossos investigaron durante esas semanas a 23 mujeres de similar apariencia a la de la arrestada y, finalmente, Remedios fue detenida en un salón recreativo, en un caso que implicó a más de 300 agentes de la Policía Autonómica catalana.

Fue condenada a 144 años en julio del 2008 por el asesinato de tres ancianas y la tentativa de homicidio de otras cuatro, a las que abordaba en sus domicilios con el pretexto de ofrecer ayuda o compañía. El tribunal indicó en su momento que los delitos juzgados merecen «una gran repulsa social» porque «todas las víctimas eran ancianas, especialmente vulnerables, por las limitaciones físicas y psíquicas propias de su edad», razón por la que fueron elegidas por Sánchez, que «aprovechó la bondad e ingenuidad de las mismas para acceder a sus domicilios y realizar los hechos».

La sala entendió que Remedios Sánchez «asumió conscientemente que podía causar la muerte de las tres ancianas, con los agresivos ataques que desarrolló», y que «conocía el peligro concreto que creó con su conducta para la vida de las víctimas, a pesar de lo cual ejecutó la acción, aceptando la producción del resultado».