Una primera etapa en pedales hacia la nueva Vilagarcía

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Martina Miser

Un millar de familias comprobaron que otra manera de circular es posible

24 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A las ocho de la mañana, una hora antes de que comenzaran las clases, varios chavales andaban ya con sus bicis por el parque de O Piñeiriño. Ayer era un día especial y la rapazada lo sabía. Ayer, de hecho, fue un día especial porque un millar de familias comprobaron que otra manera de circular es posible. A la salida de los colegios y de los institutos las bicicletas mandaban y quienes andaban sobre ellas parecían haber quedado muy satisfechos con lo sucedido.

A las once menos cuarto de la mañana comenzaron a llegar al parque Miguel Hernández, donde estaban instalados los espacios para que dejaran sus bicicletas. Antes de partir de sus respectivos centros escolares, de los trece centros que participaron en el Día da Bicicleta que organizó La Voz, recibieron unas mínimas nociones sobre cómo debían circular, sobre qué debían hacer cuando tuvieran que cruzar por un paso de peatones (bajarse de la bici y cruzarlo caminando) o de la necesidad de llevar el casco. Luego, tras dejar sus bicicletas en el lugar adecuado, un pequeño piscolabis y a disfrutar de la música que Carlos Crespo ponía con La Duendeneta. En el apartado musical no hubo mayores sorpresas: reinó Quevedo y su Quédate, reinó Rosalía y también Bad Bunny. Los chavales se las sabían todas y cantaron varias veces a capela sin mayor problema.

Llegó luego el turno de los sorteos. La ristra de regalos que ofrecieron La Voz y las empresas colaboradoras (Moto Bazar, Catro Cumes y Vegalsa Eroski). Fue escuchar de la voz de Carlos Crespo que comenzaba el reparto y arrimarse todos en tropel hacia el palco. Los más avispados habían conseguido hacerse con más de un boleto, pero eso no garantizaba que la suerte estuviera de su lado. La suerte, en realidad, era asunto de Gustavo César Veloso, que acompañó a los alumnos del IES Castro Alobre en su ruta, y fue el encargado de sacar los boletos.

Y tras el sorteo de las tres bicicletas, que fue el punto álgido del momento rifa, llegó la hora de recoger los bártulos e ir saliendo. No fue tarea sencilla, porque tocaba desalojar a cerca de un millar de bicicletas del parque Miguel Hernández y se logró sin mayores incidencias. Ahora toca pensar en la edición del año que viene, en la que seguro que se solventarán los errores que se pudieron haber cometido.