Domingos deja en Arousa un reguero de incidencias y el Umia desbordado

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Maruxa Alfonso

En Cambados hubo que cortar varias calles para retirar restos de uralitas, en Vilagarcía un árbol cayó sobre dos personas que estaban dentro de un coche y en Ribadumia las fincas y las obras de Pontearnelas están totalmente inundadas. Las crecidas de los ríos Louro  y Valga también provocaron inundaciones

04 nov 2023 . Actualizado a las 20:59 h.

Los servicios de emergencias de la comarca de Arousa llevan trabajando sin descanso desde primera hora de la mañana. La borrasca Domingos se está dejando sentir en buena parte de los municipios arousanos, con especial incidencia en Vilagarcía, Cambados y Ribadumia. Árboles caídos, contenedores volcados y un río desbordado son el principal balance del temporal, que dio un buen susto a dos vilagarcianos que habían ido al cementerio de Rubiáns. Cuando estaban en el interior de su coche, un árbol se vino abajo y arrastró sobre su vehículo una valla publicitaria. Por fortuna, no hubo que lamentar daños personales.

Pasaban unos minutos de las cuatro de la tarde cuando una madre y su hijo estaban estacionando su coche en las inmediaciones del cementerio de Rubiáns.« De repente, oímos un estruendo, como si fuera un trueno muy grande», cuenta una de las personas que presenció el siniestro. Toda la gente que estaba en el cementerio entonces salió a ver lo que había sucedido. Y se encontraron con que un árbol de grandes dimensiones se había venido abajo, tirando en su camino una gran valla publicitaria. Todo, ramas y planchas de metal, cayó sobre el vehículo estacionado en las inmediaciones. «Enseguida vimos que había gente dentro del coche», relata este mismo testigo. Así que los presentes no dudaron en acercarse y ayudar a salir a los ocupantes del vehículo, que por fortuna no presentaban heridas. Tuvieron que utilizar las dos puertas traseras, pues las delanteras estaban bloqueadas por las ramas.

Parte del árbol se vino abajo también sobre la carretera general, aunque por fortuna en ese momento no pasaba ningún coche. Posteriormente, la Policía Local de Vilagarcía reguló el tráfico mientras el grupo de emergencias cortaba las ramas para liberar al vehículo. En los alrededores, el joven y su madre, visiblemente nerviosos, presenciaban lo sucedido. «Non foi para tanto», bromeaba el conductor del vehículo, mientras recibía muestras de apoyo de todos los presentes.

Este fue el incidente más grave de los registrados durante la jornada del sábado, aunque no el único. El balance difundido por el Servizo Municipal de Emerxencias a las ocho de la tarde daba cuenta de nueve desprendimientos de elementos y fachadas, una decena de caídas de árboles, seis intervenciones en tendidos eléctricos y telefónicos y postes.

Durante todo el día, los servicios de emergencias de toda la comarca se afanaron en retirar ramas y restos de árboles de las carreteras, recuperar contenedores o asegurar tejados, pues el vendaval provocó numerosos daños. En Cambados, por ejemplo, fue preciso cortar la avenida de Galicia para retirar las chapas que caían a la carretera desde el antiguo edificio de Establecimientos Otero. También aquí hubo que cortar la plaza de San Gregorio porque restos de uralitas cayeron sobre los vehículos estacionados. En la parroquia de Castrelo, un árbol cayó sobre un viñedo y a la una de la tarde hubo que suspender un partido de minibasket en O Pombal ante el riesgo que presentaba el estado del techo. El servicio municipal de emergencias daba cuenta a las nueve de la noche del parte del día, en el que se incluye la retirada de contenedores, dos accidentes de tráfico, la caída de postes telefónicos, caída de árboles y ramas, el cierre de parques en todo el Concello y la retirada de la iluminación de un supermercado.

Tampoco en Vilanova dieron abasto. El Concello ordenó el cierre de todos los parques infantiles, después de comprobar como árboles y farolas se venían abajo por culpa de las intensas rachas de viento. Fue preciso también cortar el acceso a Vista Real, debido a la gran cantidad de ramas que habían caído. En Catoira, el servicio de emergencias intentó asegurar un galpón que se estaba viniendo abajo por el viento e intervino por la caída de un tendido eléctrico entre Abalo y Bamio. En Valga se registraron numerosas inundaciones por las crecidas de los ríos Louro y Valga. Se vieron afectadas zonas de Vilar, la carretera y la capilla de A Devesa y se cortaron las carreteras de Baño-Carballiño, Forno-Socastro y los pasos inferiores a la vía do ferrocarril. En relación a las inundaciones en A Devesa, el alcalde, José María Bello Maneiro,  explica que, «nas últimas semanas avisamos a Augas de Galicia en varias ocasións que o regato da Devesa necesitaba traballos de limpeza e mantemento, non os fixeron e agora houbo que sufrir de novo inundacións».

Por último, el Umia volvió a desbordarse a su paso por Ribadumia. En Cabanelas, los clientes de un restaurante tuvieron que apresurarse a sacar sus coches cuando la crecida del río empezó a inundar los alrededores del club de piragüismo, al que ya era casi imposible acceder. La crecida afectó también a todas las fincas que rodean al río y viñedos, cosechas de maíz y verduras quedaron completamente cubiertas por el agua. Lo mismo sucedió con la maquinaria de las obras que se están acometiendo en el puente de Pontearnelas. A primera hora de la tarde no se podía acceder al recinto de obras, donde estaba almacenado el material y la maquinaria, pues el agua tenía una altura de veinte centímetros. También fue necesario cortar la carretera de la parcelaria.