El juvenil del Celta que volvió a la casa arlequinada para coger carrerilla

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

CEDIDA

Autor del gol ganador en Barbadás recién salido en el descuento, Pedro Bouzada modela su explosividad en el carril izquierdo ante la mirada de varios ojos de Primera

05 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay guerras deportivas que se ganan en una gran batalla. La mayoría, por el contrario, se deciden en confrontaciones más modestas que, golpe tras golpe, acaban decantando la balanza de uno u otro bando. Muchas de ellas, si no casi todas, dejan tras de sí esos nombres propios erigidos en nuevos héroes de las hinchadas. El de un portero elevado a ángel salvador. El de un mediocentro que contagia de energía y clarividencia el juego de todos y cada uno de sus diez compañeros sobre el tapete verde. O, en la mayoría de las ocasiones, el de ese jugador que establece la diferencia en lo único que finalmente importa al término de los 90 minutos largos que un partido de fútbol alcanza en estos tiempos: el marcador. Pocos son los elegidos. Muchos menos los que alcanzan lo que el juvenil de segundo año Pedro Bouzada Miñán (Vilagarcía de Arousa, 28 de junio del 2007) el pasado domingo en el campo del Barbadás. Deshaciendo un 1-1 para otorgarle el triunfo final al Arousa en el minuto 94, solo tres después de haber saltado al campo en sustitución de Antón Concheiro en un doble cambio in extremis acompañado de Óscar Varela por José Rivera, en el que era el debut del joven en Tercera RFEF.

«Luis me dio un buen pase, la peleo, el central la toca un poco y me la consigo llevar, peleo con el lateral, me voy y bato al portero de tiro cruzado con la derecha». Nos lo cuenta el propio Pedro Bouzada, no sin antes afianzar el recuerdo de un hito en su todavía joven carrera habiendo visto las imágenes grabadas de su, para la afición arlequinada, heroica acción. Una jugada que, apunta su entrenador en el Arousa de División de Honor Juvenil, David López, Perú, «define un pouco como é Pedro, iniciando xogada nunha situación por fóra, en banda, desequilibrando coa súa potencia. Cada vez que arrinca ten unha gran velocidade. E inda que é zurdo, ten un bo golpeo coas dúas pernas, e a virtude do gol». Un don este último que lleva demostrando en las nueve jornadas de liga acumuladas por el conjunto arlequinado en la máxima categoría del fútbol de formación español, con cuatro tantos en su haber; solo uno menos que los que lleva el pichichi del equipo, el punta Seijo. 

Pedro Bouzada, que ya había participado en varios partidos de preparación estival y en los dos de Copa Federación de la primera plantilla del Arousa, realizó la última pretemporada bajo las órdenes de Míchel Alonso, convirtiéndose, junto a Úbeda, en la selecta pareja de juveniles que se entrena sistemáticamente dos días a la semana con el cuadro de Tercera RFEF. «Ser juvenil y poder entrenar con el primer equipo es un lujo que pocos jugadores tienen», declaraba ayer el canterano. Un lujo que tiene mucho que ver en la decisión compartida por los cuerpos técnicos de las bases del Celta y del Arousa y la familia del futbolista de que lo mejor de cara a potenciar el crecimiento de Pedro Bouzada este curso era que volviese al club en el que se había iniciado en el fútbol con 3 años. Tras cinco campañas en la estructura del Celta de Vigo, las dos infantiles, las dos cadetes y la primera de las tres juveniles, el vilagarciano retornaba este verano a su punto de origen. Lo hizo viendo la ocasión no como un paso atrás, sino como una oportunidad de formar parte de «un gran club, con los juveniles en la máxima categoría y el primer equipo en Tercera» después de un año en Vigo en el juvenil B donde, cuenta, «aprendí los conceptos básicos del lateral izquierdo», la posición en la que «muchos entrenadores me ven para poder explotar mis cualidades explosivas», añade.

Por el momento, tanto Perú como Míchel Alonso prefieren contar con Pedro en la que había sido su posición antes de la temporada pasada, la de interior o extremo, «buscando que teña moito percorrido e chegada á área, sendo desequilibrante nos últimos metros coa súa zancada», apunta el técnico del juvenil. «Yo juego donde me manden», dice el chaval.

Haberse estrenado el domingo con el primer equipo como lo hizo fue «una felicidad muy grande», sobre todo por, destaca Pedro Bouzada, «haber ayudado a ganar para seguir en zona de promoción».

Felicitado por Míchel Alonso, se queda con ese «a seguir trabajando» con el que el técnico ferrolano completó su enhorabuena. Porque aunque ya ha escuchado del interés de varios equipos de Primera por él, «yo solo me centro en estudiar y jugar», dice. Y es que sabe que, tanto el fútbol como la vida, es ir «partido a partido».