La travesía suicida de la trama albanesa detenida en Vilanova: dos semanas en alta mar sobre una planeadora a la espera de 1.100 kilos de cocaína

Javier Romero Doniz
Javier Romero REDACCIÓN / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Guardia Civil / Policía Nacional

Entre los siete ciudadanos de Albania detenidos figuran los cuatro tripulantes y los encargados de ayudar en la descarga; iban armados con una pistola del calibre 9 milímetros parabellum. El octavo arrestado es un arousano que colaboraba con la red sobre el terreno

16 ene 2025 . Actualizado a las 11:24 h.

La narcolancha varada a las bravas en la madrugada de este miércoles en Vilanova de Arousa llevaba dos semanas en alta mar a la espera de encontrarse con el barco nodriza que transportaba los 1.100 kilos de cocaína que cargaron sobre los doce metros de eslora de esta lancha inusual por el color, blanco, en el tráfico de drogas marítimo. La investigación comenzó en noviembre del 2024. Las unidades policiales implicadas —Unidad contra Crimen Organizado (ECO) en Galicia y el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) en Pontevedra, ambas unidades de la Guardia Civil, y el Grupo de Respuesta contra el Crimen Organizado (GRECO) de la Policía Nacional— detectaron la posible actividad ilícita que estaba llevando a cabo una organización criminal, instalada en O Salnés, dedicada al tráfico de drogas. La gran novedad surgió a medida que el caso avanzó. Los objetivos policiales eran de nacionalidad albanesa y se movían de forma independiente por la comarca que supone el meollo nacional del tráfico de cocaína marítimo en España. 

El único vínculo que de momento relaciona a este grupo balcánico con las redes gallegas del narcotráfico es un vecino de Vilanova de Arousa, que fue arrestado el miércoles por la tarde en el marco del mismo operativo. Este octavo detenido es un individuo que arrastra antecedentes por el movimiento de sustancias psicotrópicas a gran escala. No obstante, parece haber desempeñado un papel menor en este alijo. Sus funciones se limitarían a colaborar con la red en necesidades básicas sobre el terreno, como una suerte de cicerone de los albaneses en la ría.

El desarrollo de la investigación —bautizada como operación Baroña—, dirigida desde el Juzgado de Instrucción número 3 de Vilagarcía de Arousa y la Fiscalía especial Antidroga de Pontevedra, permitió a los agentes no solo conocer las intenciones criminales de los componentes de la organización, sino también identificar el medio de transporte que pretendían utilizar para hacer llegar a España una importante partida de cocaína. 

Desde que prendió la mecha de la investigación, el pasado otoño, las indagaciones se centraron en el control tanto del medio de transporte como de los que iban a formar parte de la tripulación. Además, también se realizaron investigaciones sobre las personas que, situadas en un escalón superior de la pirámide en la que está conformada la organización investigada, dirigían la estrategia con los proveedores para cargar el estupefaciente. 

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La destreza y arrojo de los albaneses detenidos sobre la semirrígida finalmente decomisada queda patente al analizar las últimas semanas de investigación. A finales de diciembre se detectó a una embarcación de alta velocidad, dotada de tres motores de 450 caballos de potencia cada uno, adentrándose en el Atlántico con cuatro personas a bordo, con destino a un punto geográfico establecido para obtener la ilícita carga. 

El siguiente acto de la representación se vivió en la madrugada de ayer, pisando arena de playa y rocas en Rego do Alcalde, Vilanova, una zona del gusto de quienes se dedican a las descargas en el lado sur de la ría de Arousa. El operativo policial implicó el arresto de siete personas y la incautación de 1.100 kilos de polvo blanco empaquetado en fardos, una pistola del calibre 9 milímetros parabellum, dos vehículos, equipos de comunicación con los que se coordinaba el alijado y la embarcación de alta velocidad con motores fueraborda que suman 1.350 caballos de potencia. Horas después caía también su enlace en Arousa.

La operación Baroña prosigue abierta y no se descartan nuevas detenciones. Ha contado con la colaboración de la agencia antidroga de los EE.UU., la DEA, la Policía Judiciaria de Portugal y la Aduana de Francia.