Catorce años por violar sistemáticamente durante siete años a la nieta menor de su pareja en Vilagarcía

VILAGARCÍA DE AROUSA

El individuo amedrentaba a la niña, que temía por ella y por su hermano pequeño, levantándole la mano y asegurándole que era policía y nadie la iba a creer
13 feb 2025 . Actualizado a las 17:34 h.Catorce años de prisión; prohibición de aproximarse a su víctima a menos de quinientos metros y de comunicarse con ella durante 16 años; imposición del régimen de libertad vigilada durante siete años, que comenzarán a contar en cuanto cumpla la pena de cárcel; inhabilitación para el ejercicio de patria la potestad o cualquier clase de tutela durante seis años; prohibición de desarrollar cualquier actividad, sea o no retribuida, que comporte el contacto regular con menores de edad, a lo largo de un período de veinte años; y una indemnización de diez mil euros. Esta es la condena que la Audiencia Provincial de Pontevedra dictó contra un individuo que violó sistemáticamente a la nieta de su pareja sentimental. Lo hizo desde que la pequeña tenía ocho años hasta que cumplió los quince. Primero, aprovechando que convivía con ella, en un domicilio de Vilagarcía de Arousa, y a continuación, cuando sus padres se separaron, durante las visitas que la niña y su hermano pequeño le hacían los fines de semana a su abuela y a él mismo, puesto que ejercía como abuelo de ambos a todos los efectos. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia acaba de ratificar el fallo en todos sus términos.
En el momento en el que comenzaron los ataques, el acusado tenía 58 años y su víctima apenas ocho. El hombre le anunciaba a la niña lo que iba a suceder con frases sucintas: «Vamos a ver una cosa», «vamos a ver un vídeo» o simplemente «vamos». A continuación, la agarraba del brazo, tiraba de ella y la conducía a la habitación en la que dormía con su abuela, donde abusaba de ella. Algo que ocurría una vez a la semana, en ocasiones incluso dos.
El tribunal considera probado que el sujeto mantenía a su víctima en una situación de amedrentamiento permanente. Primero, porque temía que, en caso de que se resistiese, le hiciese lo mismo a su hermano pequeño. Pero también porque el violador le aseguraba que era policía y que nadie la iba a creer, además de sostener «que su abuela lo quería a él más que a ella». Harta, un día se negó a acompañarlo, pero el hombre le levantó la mano en un gesto obvio de amenaza. Tuvieron que transcurrir todavía tres años hasta que cesaron los ataques, en el momento en que la niña dejó de visitar por completo la casa de su abuela.
El TSXG rechazó el recurso de apelación que interpuso la defensa del procesado, apoyándose en la declaración de la víctima y los testimonios de su hermano pequeño, la expareja de su madre, su abuela materna, «e mesmo de certo recoñecemento dos feitos por parte do propio acusado durante a súa comparecencia», señalan fuentes judiciales. El dictamen lo encuentra culpable de «un delito continuado de agresión sexual con acceso carnal [...], siendo la víctima menor de 16 años, empleando el autor intimidación y aprovechando una situación de prevalimiento». La sentencia es firme y no admite recurso alguno ante el Tribunal Supremo.