El comercio arousano trata de salvar una tímida campaña estival
VILAGARCÍA DE AROUSA

Las ferias de oportunidades se presentan como una alternativa para sectores como el textil, muy castigado por la caída del consumo durante los últimos meses
12 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La fórmula, podría pensar uno, parece infalible: si una comarca que cuenta con buenos comerciantes y buen producto atrae más gente, venderá todavía más. Si Arousa recibe cada año más y más turismo, si algunos concellos multiplican varias veces su población durante semanas en julio y agosto, el consumo en estas zonas se estimulará. Eso cabría esperar, pero a menudo la realidad es más compleja.
Los comerciantes de algunos de los municipios más activos de O Salnés, como Cambados, Vilagarcía o Vilanova, llevan meses viendo como el consumo en sus tiendas se reduce. Estos dos últimos concellos celebraron este pasado fin de semana sus ya clásicas ferias de oportunidades. Los vendedores salieron a la calle para acercar su producto a los potenciales clientes.
¿El resultado? «Un éxito», según Rocío Louzán, presidenta de Zona Aberta. «Positivo, pero peor que el año pasado», matiza Esther Prado, presidenta de Vilanova Centro. Aunque en la capital arousana son más optimistas, ambas coinciden en que no es un remedio infalible contra la caída del consumo que vienen observando desde hace tiempo.
«La experiencia siempre es positiva. Es producto que no esperabas vender en tienda y al que al final sueles dar salida», explica Prado. Pero aún así, apunta: «Si la tendencia ya es mala, no podemos esperar que la feria la revierta. Yo he vendido en torno a un 20 y un 30% menos que en la de 2024».
Por su parte, Louzán reconoce que, aunque «a feira funciona sempre moi ben», el consumidor se lo piensa y mucho antes de comprar. «A xente limítase máis. O que ten, gasta máis en ocio que en roupa ou téxtil».
Inflación y más competencia
En esto concuerda Juan Rey, presidente de la asociación de comerciantes Cambados Zona Centro: «Hay sectores que están viendo más beneficios, como los relacionados con el deporte o la estética. Pero el textil está sufriendo mucho la competencia de las grandes superficies o de las plataformas en línea».
Este último punto es uno de los más acusados por los comerciantes locales. «Parece que a xente xa non valora tanto a calidade do produto ou as circunstancias nas que se fabrica. Priman a comodidade de internet», razona Louzán, quien señala además la pandemia del coronavirus como el momento en que esto se hizo patente.
«Dende o comercio local demandamos dende hai tempo unha regulación maior destas plataformas de venda, así como dos períodos de rebaixas». Defienden que, bajo las mismas reglas, el público repartiría más su consumo.
Otro obstáculo para las ventas durante estos últimos meses, apuntan Rey y Prado, es la coyuntura económica. Ambos señalan la inflación como el problema fundamental: «Todo sube y los salarios no lo hacen de manera acorde». En consecuencia, «el ahorro y el consumo caen».
Rey profundiza en este problema. Según él, da igual que haya más o menos visitantes. De nada sirve que en las semanas de fiestas el consumo aumente. «A mí lo que me interesa es la media anual, que no es buena. Los puntos excepcionales no lo solucionan». Y advierte: «En invierno lo vamos a pasar peor».
Mientras tanto, el comercio arousano trata de capear las mares agitadas con ingenio. Frente a la frialdad de las compras por internet, acercarse a la gente y ofrecerle lo mejor que tiene: su producto, bien valorado dentro y fuera de la comarca.
Los próximos en demostrarlo serán los cambadeses. Celebrarán su propio feria de oportunidades los días 15, 16 y 17 de agosto.