El trazado definitivo del gasoducto afectará a unos 40 bienes culturales

BARBANZA

11 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El plan sectorial del gasoducto de Barbanza está ya elaborado y a exposición pública, lo que significa no solo un avance en la tramitación del proyecto para traer el gas natural a la comarca, sino también que cualquier ciudadano tiene acceso al trazado por el que discurrirá el conducto que arranca en Valga y llega hasta Ribeira atravesando Rianxo, Boiro y A Pobra. Entre la documentación puesta a disposición de los vecinos se encuentra el informe de impacto patrimonial, en el que se recoge que cerca medio centenar de bienes culturales, desde restos arqueológicos a elementos etnográficos, se verán afectados por la instalación del ramal para conducir el gas.

Aunque en cantidad, son Rianxo y Boiro los municipios peor parados en cuanto al número de vestigios afectados por el gasoducto, es A Pobra donde el impacto de las obras será mayor. En cuatro de los seis bienes catalogados -los Muíños do Batán, la Mámoa de Cova dos Mouros, Camiño Real y el hórreo de A Tomada- se considera que el impacto del trazado es severo. Para corregir esta situación, el estudio de afectación cultural recoge una serie de medidas correctoras a desarrollar durante y después de la ejecución de las obras.

En el plan sectorial se incluye también un estudio del impacto medioambiental que pone el acento en los ríos y arroyos que cruzará el gasoducto a lo largo de los 44.044 metros que recorrerá. En total son 34 los afluentes y regatos que se verán afectados por la canalización, entre ellos el río Te en Rianxo, el boirense Coroño y el Lérez y el Pedras en A Pobra.

Trazado

En cuanto al trazado definitivo del gasoducto -a la espera de las alegaciones que se presenten durante el período de exposición pública- discurrirá prácticamente en su totalidad de forma paralela a la autovía barbanzana, con la que se unirá en A Vacariza y que abandonará para bordear la ría por Ponte Beluso, en lugar de atravesarla siguiendo el viaducto.

La instalación del canal de gas siguiendo la autovía es lo que siempre solicitaron los alcaldes de Arousa norte, ya que esta solución permite reducir los plazos en la ejecución del proyecto y agilizar la llegada del gas natural a la comarca. De hecho, el plan sectorial prevé aprovechar en la medida de lo posible las vías de servicio abiertas a ambos lados de la autovía y los terrenos anexos a la infraestructura que han quedado inutilizados tras las obras. Así, el plazo estimado para la ejecución de los trabajos, desde el replanteo a las conexiones, es de 9 meses.

Pero es inevitable que algunos pequeños núcleos se vean afectados por la instalación de gas. Es el caso de O Burato y A Burata, en la parroquia rianxeira de Taragoña. Según el proyecto, la canalización atraviesa ambas aldeas, y los grupos políticos del municipio han acordado presentar alegaciones conjuntas para que el gasoducto no se aleje del trazado de la autovía tampoco en este punto.

En cuanto a la calificación de los terrenos afectados por el gasoducto, el 46,5% del trazado discurre por suelo calificado como no urbanizable protegido, mientras que solo el 9% (4.365 metros) corresponde a suelo urbano.