Al ex jefe de la Policía Local de Coslada le pasa como a Camps, que tiene ganas de contar la verdad. Y eso es lo que ha hecho un año después de que el noiés José Antonio Moledo lo acusara en La Voz de ser una persona «muy déspota y autoritaria, muy amante de la disciplina a rajatabla y que no perdonaba la más mínima, tenías que saludarlo aunque te lo encontraras por la calle en tu día de permiso», así como de otras cosas.
Y es que Jiménez, que estuvo en prisión provisional hasta hace poco y que está suspendido de sus funciones hasta que sean los juicios, asegura que tiene «muy buenos amigos en Noia» y que todas esas declaraciones fueron hechas «para hacerse notar y apuntarse al circo mediático y al escándalo surgido con Ginés Jiménez y a raíz de la operación Bloque», dice.
Otro de los aspectos que el ex jefe de la Policía Local de Coslada desmiente es que él no dejara acceder a los reclutas a un espectáculo de vedetes que se organizó en el EVA-10 -donde en los años ochenta estaba haciendo el servicio militar con la graduación de alférez y con ascenso a teniente-, con motivo de la festividad del Loreto, puesto que asegura que él no era quien ponía las normas, sino que esa tarea «le correspondía al teniente coronel jefe del escuadrón».
Asimismo, Jiménez aclara que nunca le sacó una pistola a un soldado dentro de una discoteca de la localidad, por cuestión de celos por una chica: «Eso es una fantasía añadida de Salsa Rosa», alega.
Lo que sí reconoce este hombre, que dice que nunca presumió de ser el propietario de una discoteca en Murcia, es que le gustaba salir por las tardes en los días libres. «Yo me relacionaba muy bien con habitantes de Noia y alrededores y salíamos a tomar nuestro pulpo y nuestra cerveza».