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14 abr 2025 . Actualizado a las 13:40 h.Un año antes de la irrupción del covid que lo llevaría dos veces al hospital, se despedía en A Coruña con un consejo que debería estar tatuado en la mente y el alma de los periodistas en el ejercicio de un oficio que él mismo practicó: menos adjetivos. Pero hoy, en este texto, la máxima se vuelve complicada de respetar. Es difícil dejar limpia de epítetos la grandeza literaria de Mario Vargas Llosa, que ha fallecido a los 89 años dejando, ahora sí, huérfano de autores al bum latinoamericano.
El novelista peruano-español murió este domingo en su casa limeña, donde residía desde el 2022 tras un largo periplo que le llevó a vivir en Europa desde la década de 1990.
«Con profundo dolor, hacemos público que nuestro padre, Mario Vargas Llosa, ha fallecido hoy en Lima, rodeado de su familia y en paz», escribió su hijo Álvaro Vargas Llosa en su cuenta de la red social X. En el mensaje, también replicado por su hija Morgana Vargas Llosa, los vástagos del autor subrayaron que, hicieron pública la muerte de su padre «rodeado de su familia y en paz».
«Su partida entristecerá a sus parientes, a sus amigos y a sus lectores alrededor del mundo, pero esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera, y deja detrás suyo una obra que lo sobrevivirá», ha explicado su familia.
En las próximas horas y días, procederán «de acuerdo a sus instrucciones», que incluyen que no haya «ninguna ceremonia pública». «Nuestra madre, nuestros hijos y nosotros mismos confiamos en tener el espacio y la privacidad para despedirlo en familia y en compañía de sus amigos cercanos. Sus restos, como era su voluntad, serán incinerados», reza el mensaje.
Vargas Llosa había vuelto a vivir en su apartamento limeño, ubicado en el bohemio distrito de Barranco y con vistas al océano Pacífico, en 2022, donde retomó su relación con su esposa, Patricia Llosa, y los paseos por su ciudad adoptiva.
Como parte de sus paseos por la capital peruana, visitó en noviembre pasado el local limeño en el que estaba instalado el bar La Catedral, que inspiró su célebre novela Conversación en La Catedral, publicada en 1969 y considerada una de las grandes novelas de la historia.
Entonces, las fotos difundidas por su hijo Álvaro Vargas Llosa mostraban a un escritor por el que los años no habían pasado en balde. Días antes, publicó también una foto de su padre frente al colegio militar Leoncio Prado, en el que estudió y en el que, según ha confesado, consolidó su vocación literaria en contra de los deseos de su progenitor.
A muchos les llegó tarde el Nobel, que obtuvo en el 2010, casi 50 años después de la publicación de La ciudad y los perros (1962), que compite con Rayuela (1963) y con Hijo de hombre como la novela fundacional del bum latinoamericano, del que fue uno de sus principales autores. «Los latinoamericanos somos soñadores por naturaleza y tenemos problemas para diferenciar el mundo real y la ficción. Es por eso que tenemos tan buenos músicos, poetas, pintores y escritores, y también gobernantes tan horribles y mediocres».
Quizá sea esa mezcla fácil, natural y por eso cotidiana entre lo imaginario y lo tangible, ese realismo mágico, una de las principales características de la generación literaria de la Latinoamérica de los 60, de García Márquez a Clarice Lispector, de Julio Cortázar a Elena Garro, de Juan Rulfo a Nélida Piñón.
La literatura de vanguardia, la elasticidad del tiempo y la plasticidad de las voces, esa superposición continua de capas literarias estaban también presente en el universo literario de Vargas Llosa. Eso, y la descripción de gobernantes horribles, a través de una obra que se ha traducido a más de 30 idiomas y que le ha reportado numerosos reconocimientos, como el Cervantes en 1994, el Príncipe de Asturias de las Letras 1986, el Biblioteca Breve 1962, el Rómulo Gallegos 1967 y el Planeta 1993. Desde el 2023 ocupaba la silla 18 de las 40 que conforman la Academia Francesa. Ha sido el primer autor hispano en ingresar en el selecto club intelectual.
Fue la agente literaria Carmen Balcells la que convenció a Vargas Llosa de que podría vivir de la escritura, solo de la escritura, y el literato jamás olvidó a quien tuvo parte importante en la construcción del mito a partir del hombre. «Carmen, ¿cómo has hecho para que me den el Nobel?» le preguntaba aquel otoño del 2010.
Decía Vargas Llosa en una entrevista posterior a ese Nobel tardío que escribiría hasta el último día de su vida. Tras la publicación de Le dedico mi silencio, se reiteraba en esa convicción: era su última novela, pero no soltaría la pluma hasta que le obligase la muerte. Le dedico mi silencio se ha convertido en testimonio mudo —disculpas por la adjetivación— de 60 años de carrera. La escribió cuando compartía su vida con Isabel Preysler, una relación tan mediática (como todo lo que rodea a la socialité) que incluso lo llevó a participar en La marquesa, el reality de Tamara Falcó en Netflix. Su última novela se la dedicó a su mujer, Patricia Llosa, a la que regresó después de la ruptura y con la que ha compartido sus últimos años.
La historia de Vargas Llosa, como sus novelas, se teje con hilos de literatura, pero también de intimidad y de política en un telar que tiene como vértices Perú, España y Francia. Nacido en la sureña ciudad peruana de Arequipa el 28 de marzo de 1936 en una familia de clase media, fue educado por su madre y sus abuelos maternos en Cochabamba (Bolivia) y luego en Perú. Tras sus estudios en la Academia Militar de Lima obtuvo una licenciatura en Letras y dio muy joven sus primeros pasos en el periodismo. Se instaló poco después en París, donde se casó con su tía Julia Urquidi, que inspiraría La Tía Julia y el Escribidor y ejerció varias profesiones: traductor, profesor de español y periodista de la Agencia France-Presse. Años después rompió con Urquidi y se casó con su prima hermana Patricia Llosa, con quien tiene tres hijos.
Lo que nunca abandonó fue su interés por la política, que, al contrario que la cultura, le ha proporcionado más frustraciones que éxitos. Fue simpatizante de la revolución cubana y del régimen de Juan Velasco en Perú en un primer momento, pero acabó distanciándose de ambos. En los 80 hizo públicas sus posiciones liberales y en los 90 se presentó a las elecciones en Perú con Movimiento y Libertad, aunque finalmente fue vencido por un hasta el momento desconocido Alberto Fujimori. Fue entonces cuando Vargas Llosa se trasladó a España y se nacionalizó sin perder su condición de peruano. Desde entonces ha participado de manera marginal en la política de su país de origen.
Ha mantenido vínculos con importantes exdirigentes de la derecha de varios países, como José María Aznar y Francisco Flores, expresidente del Salvador, y participó en la presentación de UPyD en el año 2007, del que se convirtió en patrono de honor. Ha criticado públicamente el régimen de Venezuela (llegó a definir a Hugo Chávez como caudillo mesiánico) y ha hecho pública su oposición al procés catalán.
El mundo despide a Vargas Llosa: «El Olimpo de las letras universales le ha abierto sus puertas»
Personalidades del mundo de las letras, la cultura y la política se han sumado a las condolencias por la muerte del nobel
Probablemente, uno de los mayores halagos que puede recibir un escritor es que «su literatura haya trascendido y haya influenciado a toda una generación de escritores». Así resumía el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, la importancia de una figura como la de Mario Vargas Llosa. La de Urtasun es una de las numerosas voces que han querido despedirse del magnífico escritor, que ha muerto este domingo a los 89 años. Entre ellas esta la Casa Real, que ha enviado un emotivo mensaje al «eterno» literato: «El Olimpo de las letras universales le ha abierto sus puertas».
Su genio intelectual y vastísima obra permanecerán como legado imperecedero para las futuras generaciones. Descansa en paz, ilustre peruano de todos los tiempos», ha dicho el gobierno de Perú en un comunicado tras conocerse la muerte del premio Nobel, que la Academia Sueca el otorgó en el 2010 por ser «el corazón» del bum latinoamericano. «Su obra refleja su profundo amor por la narrativa, caracterizada por la riqueza del lenguaje y la variedad de géneros, desde libros autobiográficos y novelas históricas hasta ficción erótica y thrillers», ha recordado la Academia en un mensaje en X, en el que ha subrayado lo «significativo» de su figura para la literatura y cultura latinoamericanas.
«Gracias por tanto. Adiós, querido Mario», han dicho desde la Agencia Literaria Carmen Balcells, con sede en Barcelona y que representó a Vargas Llosa y a otros exponentes del bum latinoamericano. «Con enorme tristeza despedimos a una de las grandes voces de nuestra literatura y a un amigo».
El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, ha recordado al autor como una persona «muy comprometida con sus ideas y con su calidad literaria» y explicó que « la absoluta conciencia de sí mismo, de su labor», lo llevó a publicar una última novela, dejar sus columnas y pasar al silencio. «Se fue despidiendo poco a poco de la literatura y de la vida. Creo que fue una persona muy comprometida con sus ideas, pero sobre todo muy comprometida con su calidad literaria».
García Montero ha despedido a uno de los grandes autores de novelas fundamentales. «Destacaría, y no soy nada original, su legado literario. Es uno de los grandes autores, un autor que ha hecho novelas fundamentales desde que publicó en los años 60 La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral y hasta la última novela que publicó hace unos años».
La Fundación Gabo —fundada por Gabriel García Márquez, con quien Vargas Llosa tuvo una estrecha y complicada amistad que se rompió a golpe de puñetazos— ha llorado la muerte del «maestro de la narrativa en español y figura clave de la literatura latinoamericana».
La editorial Alfaguara, que ha publicado en España títulos del Nobel como Cinco Esquinas, Travesuras de la niña mala, La casa verde, La tía Julia y el escribidor, Pantaleón y las visitadoras o su última novela, Le dedico mi silencio, ha lamentado la pérdida de «uno de los más grandes escritores en lengua española». También la editorial Planeta ha expresado sus condolencias a su familia, amigos y a Alfaguara. «Uno de los más grandes escritores en lengua española», han reiterado.
«Nos ayudó a ver más lejos», apuntó horas después del anuncio de la muerte de Vargas Llosa la directora editorial del sello Alfaguara, Pilar Reyes. «Su obra y su pensamiento seguirán iluminándonos», añadió.
En el ámbito nacional, el escritor y académico de la RAE, Arturo Pérez-Reverte, también ha recordado al Nobel una frase del torero Luis Miguel Dominguín, compartiendo una foto en la que se les ve sentados en una mesa junto al también escritor Javier Marías, fallecido en el 2022.
«Como decía el torero Luis Miguel Dominguín, siempre queda uno para contarlo. Aunque al final siempre hay otros que acaban por contar al que lo cuenta. Son las viejas reglas», ha manifestado Reverte horas después de conocerse la muerte del escritor peruano.
También su compañero de profesión, Andrés Trapiello, le ha homenajeado asegurando que fue «bueno», «discreto y liberal», en el sentido «cervantino». «Fue en el buen sentido de la palabra, bueno. Y en el sentido cervantino, discreto y liberal. Adiós, amigo. Adiós, donaires», ha indicado el escritor en un mensaje en X.
Instituciones como la Real Academia Española (RAE) también ha lamentado el fallecimiento del Premio Nobel de Literatura, mostrando sus condolencias a sus allegados. «La Real Academia Española lamenta el fallecimiento de su académico de número Mario Vargas Llosa y transmite sus condolencias a su familia y amigos».
También desde la política ha habido despedidas y condolencias por la muerte de Vargas Llosa. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lo ha despedido agradeciéndole como lector por su «obra inmensa», con «libros clave para entender nuestro tiempo», y por ser un «maestro universal de la palabra».
También se ha despedido del ganador del escritor peruano el líder de la oposición y presidente del PP, Alberto Núñez Feijoo, que ha tildado a Vargas Llosa como «el escritor monumental en español de nuestro tiempo», así como «una voz nítida en defensa de las ideas liberales».
La portavoz del Gobierno y ministra de Educación, Pilar Alegría, ha lamentado el fallecimiento del «último gran representante» del bum latinoamericano y «uno de los escritores más brillantes en nuestro idioma».
Otra de las personalidades que ha recordado a Vargas Llosa ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con quien el escritor tenía afinidad política. «Me siento muy honrada por haber compartido tantos momentos con este hombre generoso y libre. Le echaremos mucho de menos», ha dicho también en un mensaje en la red social X.
Del mismo modo, la presidenta del Banco Europeo de Inversiones y exministra de Economía, Nadia Calviño, ha asegurado que con la pérdida de Mario Vargas Llosa «se nos va uno de los mejores escritores en lengua española», con «un inmenso legado que forma ya parte de la historia».
El presidente de Andalucía, Juanma Moreno, ha lamentado «profundamente» el fallecimiento de Vargas Llosa, «buen amigo de Andalucía y gran defensor de la libertad». «Un hombre educado y respetuoso, que atesoraba un talento colosal, y con quien era un gusto conversar», ha añadido en la misma red social.
También ha reaccionado al fallecimiento del escrito el presidente de Cataluña, Salvador Illa, que ha mandado su pésame a la familia y amigos. «A pocos días de Sant Jordi, nos deja uno de los escritores más universales y con una amplísima obra que incluye varias de las grandes novelas de las últimas décadas».
«Desde Castilla y León, cuna del español, rendimos homenaje a un gigante de las letras», ha dicho por su parte el presidente castellanoleonés, Alfonso Fernández Mañueco, que ha recalcado del escritor que era un «defensor incansable de la libertad, la igualdad y nuestra lengua común».
Por su parte, la presidenta de Extremadura, María Guardiola, ha querido rendir homenaje a Vargas Llosa calificándolo como «un autor irrepetible» cuya voz «seguirá siempre viva en sus novelas». «Nos unimos al dolor de su familia, del pueblo peruano y del mundo de la cultura», ha afirmado.