Ha sido preciso sortear una serie de obstáculos y superar una farragosa tramitación, pero al fin empieza a verse la luz al final del túnel. La ansiada ampliación del Centro de Interpretación Arqueolóxica de Barbanza, en Neixón, será pronto una realidad después de que hace unos días se hayan adjudicado las obras. Está previsto que los trabajos comiencen en el plazo aproximado de un mes.
Desde que en los primeros meses del año pasado se firmara un convenio con el Ministerio de Cultura para financiar la puesta en marcha de las obras de ampliación, el proyecto ha tenido que dar una larga serie de pasos hasta poder convertirse en una realidad, de ahí que los trabajos no comenzasen en el 2009, tal y como estaba previsto inicialmente, sino que se retrasaran hasta las primeras semanas del 2010.
La ampliación del centro arqueológico de Neixón es una vieja reivindicación del gobierno boirense, puesto que su escasa capacidad limita la organización de actividades en sus instalaciones. De ahí que el anuncio de la adjudicación de las obras se esperase como agua de mayo.
Una vez que se ha seleccionado a la empresa que se encargará de ejecutar la primera fase de los trabajos, consistentes en las excavaciones y en la construcción de las estructuras sobre las que se asentarán las nuevas dependencias y que cuentan con un presupuesto que supera los 80.000 euros, están pendientes algunos trámites, como la firma del contrato, que retrasarán alrededor de un mes el inicio efectivo de las obras.
De cumplirse esta previsión, el comienzo de la actuación coincidiría con la celebración de los cuartos Encontros Arqueolóxicos de Barbanza, una de las grandes citas del centro de Neixón que, desde su primera edición, puso en evidencia la necesidad de unas instalaciones con mayor capacidad.
Ayudas
Pero este es solo el comienzo, ya que la ampliación del recinto costará cerca de dos millones de euros y el ejecutivo boirense está pendiente de que se confirmen las ayudas de otras Administraciones para continuar la actuación.
Para llegar hasta el punto actual fue preciso dar una serie de complejos pasos. Para empezar, hubo que redactar los anteproyectos y solicitar los permisos a Costas y a los diferentes departamentos autonómicos, que tardaron varios meses en llegar. Y justo cuando la Xunta autorizó definitivamente el proyecto, se inició el expediente para declarar bien de interés cultural (BIC) el castro de Neixón, lo que en la práctica implicaba la suspensión de cualquier licencia constructiva.
Solucionar este pequeño revés llevó su tiempo, ya que fue preciso que el pleno aprobase la declaración de interés general de las obras y que luego la Xunta lo ratificase. Al fin, y tras casi un año de trámites, la actuación se ha adjudicado y los trabajos empezarán en cuestión de semanas.