
Conocer la trayectoria, por lo menos la última etapa, del escultor ribeirense Gonzalo Sarasquete es posible con solo visitar el Museo do Gravado de Artes. Allí, desde la noche del viernes, permanecen expuestas medio centenar de piezas del artista, que permiten hacer un recorrido por su obra, desde el 2001 hasta la actualidad.
Se trata de esculturas en pizarra y buena parte de ellas están inspiradas en la temática marinera. De hecho, para toda una serie, el artista encajó sus obras en recipientes plásticos y ahora las presenta como cajas de diferentes especies, entre las que se encuentran pintos, rayas, sardinas y jureles.
La gran mayoría de las obras están estrechamente vinculadas con su Ribeira natal. En este sentido, el propio Sarasquete mostró su confianza de que esta colección sirva para recordarle al público que es un ribeirense más y no un veraneante como, según manifestó, es denominado por muchos vecinos.
El artista aprovechó la inauguración para hacer alusión a la calidad del catálogo elaborado para esta exposición, en el que las reproducciones de las obras se complementan con textos de Quico Cadaval y Xavier Queipo, entre otros.
El acto contó con la presencia del alcalde y presidente de la fundación Museo de Artes, Manuel Ruiz, quien reivindicó la trayectoria «dun dos máis importantes artistas contemporáneos de Ribeira». También se dieron cita en la sala el vicepresidente de la entidad cultural, Javier Expósito; la directora, Rocío Hermo; el senador José Luis Torres; y un nutrido grupo de personas, entre las que se encontraban Manuel Ayaso y Antonio Piñeiro.
La inauguración incluyó una curiosa performance musical a cargo del ribeirense Toño Pita, quien tocó el piano enfundado en un cabezudo que simulaba el rostro del propio Gonzalo Sarasquete.