Los socorristas realizaron unos 50 rescates en un verano «movido»

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Sande

Dos personas murieron ahogadas en los arenales y una tercera, en un río de A Pobra

18 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta semana los socorristas comenzaron a recoger los bártulos y a estas alturas ya no queda vigilancia en las playas. Los encargados de velar por la seguridad de los bañistas se han ido dejando tras de sí dos meses de trabajo intenso. Y es que este ha sido un verano «movido», según cuentan los responsables del servicio en los distintos concellos, y se ha saldado con múltiples incidencias y alrededor de medio centenar de rescates de personas en apuros.

Explican los coordinadores de los socorristas que entre los rescates se incluyen intervenciones en las que la integridad de los bañistas corría serio peligro y otras que se quedaron en un susto sin demasiada importancia. Estas últimas son la mayoría, pero también hubo un puñado de actuaciones en las que la participación de los profesionales fue providencial para salvar alguna vida. Los arenales de mar abierto suelen ser los más peligrosos y, por tanto, es en ellos en los que se registran los casos más graves. En Carnota, sacaron del agua a seis personas a las que había arrastrado la corriente en el mismo rescate. Fue en la playa de Mallou y tres de los afectados tuvieron que ser evacuados, uno de ellos en helicóptero, al hospital con hipotermia y por haber tragado mucha agua.

En Boca do Río hubo que sacar del mar a dos bañistas que estaban en serios apuros, mientras que las demás intervenciones que se realizaron fueron sustos sin demasiada entidad.

En Porto do Son, concretamente en As Furnas, también tuvo que aterrizar el helicóptero para trasladar al hospital a una persona que estuvo a punto de ahogarse, igual que ocurrió el pasado 22 de agosto en la playa de Ribeira Grande, en Cabo de Cruz, donde se rescató a una mujer, aunque el arenal boirense no contó con servicio de socorrismo durante este verano.

Zona complicada

Por su parte, en Ribeira se registraron numerosas intervenciones para sacar del agua a bañistas en apuros. En este sentido, fuentes del servicio de vigilancia indicaron que la playa ribeirense con mayor índice de rescates en el agua es la de O Vilar. En esta zona de baño la temporada estival comenzó con mal pie. No en vano, un joven perdió la vida en el primer fin de semana de julio cuando los socorristas ya habían concluido su jornada laboral. El helicóptero Pesca I logró sacarlo del agua, pero todos los esfuerzos para intentar reanimarlo fueron inútiles. Ese mismo día por la mañana, sí se logró salvar la vida de un hombre que sufrió una indisposición mientras se bañaba en la playa de A Catía.

El joven de O Vilar fue la primera víctima del verano en las playas del área barbanzana, y la segunda no tardaría en llegar. Una semana después, el 10 de julio, una mujer apareció flotando en la playa de Area Maior, en Muros, pero el personal del GES no logró reanimarla.

Apenas unos días más tarde, el 14 de julio otra mujer, una vecina de A Pobra, perdió la vida, en su caso ahogada en un tramo del río Pedras, en A Pobra, donde no hay servicio de vigilancia.

A estas tres víctimas se suma otra mujer que falleció en junio en el arenal rianxeiro de Tanxil, aunque no estaba en el agua y todo parece indicar que el deceso se debió a causas naturales.

A pesar de la mala noticia de la cifra de muertos, lo cierto es que el verano pudo haber sido mucho más negro. No en vano, en Muros se registraron otros cuatro casos graves en los que intervino el personal del GES. En dos de ellos, las víctimas fueron evacuadas al hospital -una en helicóptero- e ingresadas en la unidad de cuidados intensivos.