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El reto de despiezar en el puerto de A Coruña una ballena muerta de 21 metros: «Quizá nunca saibamos que lle aconteceu»

T. Rivas / Pauli González A CORUÑA

SOMOS MAR

El avanzado estado de descomposición dificulta las labores del personal de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños para esclarecer las causas de la muerte

16 dic 2025 . Actualizado a las 14:03 h.

El puerto de Oza fue escenario durante toda la jornada de este martes de un amplio despliegue de medios para tratar de izar y despiezar el cadáver de la ballena de 21 metros de longitud y 30 toneladas de peso que apareció muerta y flotando frente a la costa de O Portiño el pasado sábado. Fue una tarea compleja, lenta y laboriosa, en gran parte debido a la envergadura del animal.

No sin dificultad, las dos grandes grúas que se colocaron a los pies de la rampa en la que el animal permaneció varado y semisumergido consiguieron finalmente sacarlo del agua tras dos intentos frustrados con rotura de cinchas incluida. Una vez en seco, fue el personal de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) el que procedió a despiezar el ejemplar, con paciencia y precisión, y a tomar muestras con el objetivo de conocer más detalles y, en la medida de lo posible, las causas de su muerte.

Uxía Vázquez, técnica del Cemma, explicó en el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz, que se trata de un macho de ballena común de 21 metros de unos 10 años. «Son animais que, se non fose pola acción dos humanos, poderían vivir en liberdade ao redor dos 30 ou 40 anos, pero a realidade é moi diferente», explicó. «As últimas que apareceron nas nosas costas son exemplares de entre 15 e 19 metros. Aínda que pareza que só hai dous metros de diferenza, son moitas toneladas de peso», añadió.

La especialista señaló que, a simple vista, resulta «imposible» determinar las causas del fallecimiento y que es posible que tampoco puedan esclarecerse tras el análisis de las muestras recogidas. «Son animais tan grandes que a descomposición interna empeza antes que nos pequenos debido ao calor que conteñen dentro do corpo. As células e tecidos degrádanse moito antes e, moitas veces, non nos permite saber que lle aconteceu», explicó.

La especialista indicó que, a simple vista, resulta «imposible» determinar cuáles han sido las causas del fallecimiento y deslizó la posibilidad que nunca se esclarezcan, ni siquiera una vez analizadas las muestras recogidas. «Son animais tan grandes que a descomposición interna empeza a producirse moito antes que nos pequenos debido ao calor que conteñen dentro do corpo. As células e tecidos empezan a degradarse moito antes e, ese proceso fai que moitas veces non logremos saber o que lle aconteceu», esgrimió.

Para facilitar tanto la toma de muestras como el traslado del cuerpo, fue necesario despiezar el animal con ayuda de motosierras y grandes cuchillos. «O habitual é buscar posibles colisións con barcos, aínda que aquí en Galicia non son tan frecuentes como nas Illas Canarias. Moitas mortes van vinculadas a ese tipo de accidentes, pero tamén trataremos de buscar plásticos e extraer mostras en xeral. Cremos que por dentro pode estar moi descomposto e seguramente nin se poidan discernir os órganos», expuso.

Gran expectación

A la complejidad de los trabajos se le sumó un error de cálculo que retrasó todavía más la operación. Cuatro horas después del inicio de las labores, sobre las 12.30, la cola había sido separada del cuerpo del animal y una grúa trató de introducirla en el tráilers. Sin embargo, el trozo de la ballena era mayor que el cajón del camión y fue necesario volver a bajarlo a tierra para cortarlo de nuevo ante las caras de resignación de los trabajadores del Cemma.

En las dársenas de Oza y fuera del recinto portuario se generó una gran expectación, tanto de trabajadores como de curiosos que no quisieron perderse el acontecimiento. «No es habitual que haya ver tanta gente por aquí. Han traído más ballenas otras veces, pero eran más pequeñas. Nunca se había visto una de este tamaño», comentó uno de los empleados del puerto. «No es algo común. Merece la pena venir a verlo», indicó un vecino de la ciudad que se animó a desplazarse hasta Oza al ver por redes sociales lo que estaba sucediendo.