Un boirense con espíritu aventurero en busca de emociones fuertes

j.m. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

m. creo

Con su pareja, David Piñeiro recorrió la India durante tres meses conviviendo con sus habitantes

19 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Es un hombre inquieto. No para. Emprendedor. Eso sí, cuando tiene un respiro, coge la mochila y a su pareja y a recorrer mundo. A David Piñeiro Sánchez (Boiro, 1984) le gusta trabajar, pero también viajar. Hace unas semanas que regresó de la India y ya tiene la maleta preparada para, cuando pueda, pasearla por Birmania. De momento, «hai que esperar, pero ese será o próximo destino, pois é un país que empeza a espertarse e abrirse ao mundo e temos que velo antes de que se modernice de todo».

David Piñeiro es un joven empresario con dos establecimientos hosteleros en la localidad boirense. Además, su otra pasión es la fisioterapia. Le encanta y aunque no se dedica a esta actividad en cuerpo y alma, «de vez en cando atendo a algún cliente». Incluso llegó a ser el fisioterapeuta del Boiro, pero sus otros negocios le absorben la mayor parte del tiempo.

Este boirense tiene un espíritu aventurero que le hace viajar por los más recónditos lugares de países tan dispares como Costa Rica, Panamá, Malasia, Borneo o la India, entre otros. Su pareja, Tania Sánchez Gómez, es su inseparable compañera en todas las expediciones realizadas.

Los dos escapan de los circuitos turísticos de las agencias y se adentran en aquellos lugares que no aparecen en las guías ni en las televisiones. «O que nos interesa é a xente e tamén a natureza e os animais», relata. Tanto pueden estar en una selva como en una reserva de animales en Asia como comiendo en casa de unos indígenas. Disfrutar de lo que la naturaleza pone a disposición del hombre es su principal objetivo. «Ver de cerca uns orangutáns en Borneo é marabilloso. Temos que gozar do que temos diante de nós porque algún día moitos animais verémolos no libros», dice.

La última salida de esta pareja fue a la India, donde estuvieron tres meses. Reconoce que hasta el momento, el país asiático fue el que más les impactó: «Era para pasar unhas semanas, pero quedamos o tempo que nos permitiu o visado».

Un país caótico

Cuando salieron de Galicia pensaron que encontrarían un lugar «tranquilo, espiritual e moi pobre». Pero la realidad es distinta cuando pisaron esa tierra ya que es «caótico, dinámico, espiritual con moitos comerciantes e tamén maleantes, iso si, moi rico culturalmente e marcado polas desigualdades».

Entre sus apreciaciones y tras parar 90 días en la zona, destaca que el lujo convive con la miseria, pared con pared.

Estos dos boirenses se adentraron en las penurias del país viajando en autobuses de línea y también en una moto de alquiler. Recorrieron pueblos y zonas que no aparecen en los mapas de las agencias y convivieron con sus vecinos. Intercambiaron conocimientos de cocina, salud e higiene. Tanto el como su compañera enseñaban recetas españolas y a cambio recibían nociones de terapias milenarias como el Elakizhi que consiste en masajes con sacos de algodón con hierbas y especies dentro. Incluso tuvo que remangarse y dar masajes a paisanos con problemas de espalda: «Foron tres meses incribles convivindo e comendo con eles».

El viaje a la India caló en la pareja, que ya piensa en volver algún día. Tanto es el cariño por este país, que para el mes de enero esperan el nacimiento de una niña que seguramente lleve el nombre de India. Lo único que no le gustó de esta zona asiática fue la contaminación: «A xestión do lixo é inexistente. Alí rexe a lei de todo ao chan». David Piñeiro sueña con nuevos retos y experiencias. El tiempo es su principal freno pero otras aventuras le están esperando.