El mal estado del móvil, casi irreconocible, hace pensar que no dará información nueva
28 oct 2016 . Actualizado a las 16:23 h.Recogiendo almejas, y a pocos metros del muelle de Taragoña, en el ayuntamiento de Rianxo, un mariscador de Boiro encontró, de manera fortuita y sobre las 12.00 horas de ayer, el teléfono móvil de Diana Quer, un iPhone 6 de color blanco. El hallazgo del dispositivo supone la principal prueba física de una investigación que comenzó hace dos meses y cinco días, cuando la joven madrileña fue vista por última vez en A Pobra do Caramiñal, su localidad de veraneo. Fue un recientemente asociado a la Cofradía Virxe do Carmen de Rianxo, que se encontraba con otros compañeros, quien localizó el codiciado teléfono, que puede aportar luz al caso pero del que este profesional del mar no quiere saber nada. De hecho, y en declaraciones a La Voz de Galicia, él se definió como «un traballador normal que fixo algo moi simple; en canto atopei o teléfono mariscando acordeime da desaparecida Diana Quer e fixen todo o posible para entregalo».
La marea de la ría de Arousa empezaba a subir coincidiendo con el mediodía. Junto a este mariscador había otros diez compañeros, y todos pudieron oír como él decía, al sacar el dispositivo del agua, «a ver si é o teléfono de Diana Quer», según explicó una de sus colegas de profesión. Mientras, el inesperado protagonista de la investigación decidió regresar al muelle, dejar la ropa de aguas que vestía y dirigirse al puesto que la Guardia Civil tiene en Rianxo. Una vez allí, el móvil quedó a buen recaudo y una patrulla lo trasladó, en un breve espacio de tiempo, al cuartel que hay en el vecino municipio de Boiro para que se hicieran cargo de él los responsables del caso.
Poco familiarizado
«A verdade é que non sei que teléfono é, xa que estaba moi deteriorado. Nese sentido non podo aportar moita información, xa que me limitei a collelo e entregalo na Garda Civil. Eu non entendo moito disto, pense vostede que eu mesmo ando cun teléfono que é moi normaliño, e isto dos móbiles nunca me interesou. Con que me deixe falar e mandar mensaxes é suficiente. De todos os xeitos, insisto en que o teléfono está en moi mal estado e non me foi fácil de recoñecer o modelo nin nada», explicó.
La ubicación exacta en la que apareció el terminal de Diana Quer resulta crucial para la investigación, sobre todo a la hora de descartar algunas de las muchas hipótesis que manejan los agentes. El mariscador añadió: «Atopámolo na zona do peirao de Taragoña, o que podo dicir é que non estaba demasiado afastado da instalación portuaria. Aínda non eran as 12.00 cando apareceu, pero está claro que non fai falta ter un máster para relacionar o móbil con Diana Quer. Eu penso que fixen o normal, ¿acaso vostede faría outra cousa diferente no caso de verse na miña situación? Eu son un cidadá do montón e considerei que o meu deber era facer iso, pero sen saber se é o teléfono de fulano, de citano ou de mengano. Iso xa é cousa dos investigares que están encargados deste caso. O único que espero é que axude a saber o que pasou coa rapaza».
Incógnitas
La pregunta más repetida a lo largo de la tarde de ayer giraba en torno a la información que se podrá obtener del teléfono móvil de Diana Quer, que se especula que llevaba dos meses en el fondo de la ría y expuesto al deterioro del agua salada y del fango. Las fuentes consultadas en el entorno de la investigación entienden que resultará muy complicado obtener datos más relevantes de los que ya se manejan gracias al complejo trabajo realizado por la Guardia Civil hasta la fecha. Esta actividad consistió principalmente en recuperar, a través de una tecnología muy sofisticada, los mensajes recibidos o enviados a través de las aplicaciones que tenía descargadas en el celular, u otro tipo de información que podría haber en la propia la memoria del teléfono.
Para lo que sí resultará útil este hallazgo es para afianzar, o descartar, diferentes vías de investigación. Lo que parece evidente es que Taragoña sigue siendo el epicentro de la investigación del caso Diana Quer, y ahora, tras la localización fortuita del móvil, más que nunca.
La madre, en A Pobra
Diana López-Pinel se desplazó ayer desde su residencia en Madrid hasta A Pobra do Caramiñal, localidad de la ría de Arousa en la que veranea desde hace alrededor de quince años. Todo apunta a que la madre de la joven desaparecida está acompañada de su hija pequeña, de la que el padre tiene la custodia cautelar. Anoche no habían trascendido los motivos por los que López-Pinel tomó la decisión de regresar a Galicia.
Los investigadores tienen la certeza de que la joven desaparecida no abandonó la parroquia de Taragoña
Fuentes relacionadas directa o indirectamente con la investigación sostienen, desde hace semanas, que el caso necesitaría un golpe de suerte para encajar el rompecabezas en el que se ha convertido la desaparición de Diana Quer. Muchas de las pruebas recogidas, e incluso algunos testimonios, sitúan tanto el teléfono de la joven madrileña como a ella misma en Taragoña en la madrugada del pasado 22 de agosto. Y más concretamente en su apartada zona portuaria, tal y como aseguraron recientemente varios testigos que declararon haberla visto, por última vez, en compañía de un hombre de «mala pinta».
De lo que sí están convencidos los responsables del caso es de que Diana Quer nunca habría abandonado esta parroquia después de llegar sobre las tres de la madrugada, que es cuando su celular emitió la penúltima señal. Se tiene constancia, también por el teléfono móvil, que pocos minutos antes de las 04.00 horas seguía en esta parroquia gracias a una breve conexión de tres o cuatros segundos que registró su dispositivo, y que fue de datos, no de llamada de voz, tal y como captó uno de los repetidores que hay en el entorno.
El problema es que para demostrar ese convencimiento, que es fruto de un complejo trabajo, hacen falta pruebas solventes que apuntalen los indicios que se manejan. Algo que, hasta ahora, no ha sido posible, pero en lo que se sigue avanzando. Es más, fuentes consultadas ayer razonaban que la localización del celular, más allá de que aporte información nueva o no, servirá para descartar diferentes vías y reforzar otras a las que se prestaba una atención especial. En todo caso, y según las mismas fuentes, la localización del teléfono no hace más que reforzar la creencia razonada de que Diana Quer nunca llegó a salir de Taragoña. Mientras, la familia paterna de la joven no quiso hacer declaraciones sobre lo ocurrido ayer.
La búsqueda de huellas en el celular podría aportar nuevos avances en el caso
El teléfono de Diana Quer será sometido a las pruebas necesarias para intentar saber si, después de dos meses en el fondo de la ría de Arousa, todavía contiene alguna huella dactilar que no sea la de su propietaria. Las fuentes consultadas explican que todo depende del tipo de huella que sea, ya que no todas tienen la misma densidad y, en consecuencia, resistencia, y menos si ha estado tanto tiempo expuesta al agua. Otra cosa sería si ese rastro contiene una grasa especialmente intensa de algún producto, por ejemplo, relacionado con la mecánica de los coches. En ese caso sí podría haber resistido la incidencia de las mareas y de las corrientes del río Beluso, que desemboca en la zona.
Productos reactivos
El proceso al que será sometido el teléfono de la joven madrileña consiste en, primero, aplicarle un sistema de secado, algo fundamental para localizar este tipo de rastros. A partir de ese momento, y siguiendo el protocolo de actuación normal en cualquier investigación, se metería en una urna con productos reactivos muy fuertes que facilitarían la localización de alguna huella, ya sea la de Diana Quer o la de otra persona que pudo entrar en contacto puntualmente, o manipular el dispositivo. En todo caso, los resultados de estos análisis tardarán, al menos, unos días en practicarse.