Deseos convertidos en impulsos económicos

Sandra Becerra TÉCNICA DE LA CÁMARA DE COMERCIO

BARBANZA

07 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Enero amanece lleno de nuevos propósitos. ¿Quién no ha levantado su copa y formulado un deseo? ¿Quién no ha pensado a golpe de campanada en cada una de esas ilusiones que le hacen levantarse cada mañana? Pues son esos propósitos los que contribuyen a perfilar un año próspero. Detrás de cada intención hay una repercusión económica, y de esta forma se van llenando los gimnasios, cubriendo agendas los nutricionistas o firmando nuevos préstamos los bancos. Todos esos deseos se convierten en impulsos económicos y van logrando que las economías locales vayan posicionándose, y de esta forma se alimentan otros sueños, los de los empresarios.

Y así cada nuevo año, esos propósitos que definimos entorno a una mesa y unas uvas son los que moverán nuestras economías. Pero también hay quien desea comenzar nuevos proyectos empresariales, culturales y hosteleros, todavía quedan quienes persiguen sus sueños. A todos ellos mi brindis, para que no se quede solo en proyecto, para que se conviertan en empresas, en realidades, porque aquí todavía hay mucho que hacer, avanzar en el sector del turismo, la hostelería y la cultura, creando empresas innovadoras y de calidad, ya que solo creando nos podremos diferenciar y solo innovando podemos destacar.

No nos equivoquemos nuevamente, lo de siempre ya está obsoleto, ya pertenece a otra década, hay que dar paso a lo nuevo; hay cantera y hay recursos para utilizar, solo hay que lograr relanzar esos proyectos y apoyarlos, convertirlos en tangibles, mimarlos y verlos crecer, porque solo así veremos crecer Barbanza, fruto de nuestros esfuerzos.

No esperemos a que nadie venga de países lejanos para hacernos ver brillar el reluciente oro, que usen inciensos para dulcificar conciencias y que traigan la mirra para embalsamar negocios. Nuestra comarca es nuestro legado, no sería ni sensato ni digno dejar pasar magnas oportunidades empresariales para ver cómo con el tiempo se oscurecen las iniciativas y perdemos capacidad para ofrecer una comarca con prestaciones, servicios y empresas. En definitiva, dejamos de crecer y nos cobijamos en el paraguas de la ralentización y el acoquinamiento. Para poder seguir celebrando más comienzos de año, más uvas y más propósitos, para que sigan brillando las ilusiones, confiemos: lo mejor está por llegar.