Un servicio de la Diputación que se acerca a los 300 usuarios

La Voz

BARBANZA

21 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Que ningún mayor se sienta solo en su hogar ni desamparado ante una situación de emergencia. Este es el objetivo del servicio de teleasistencia que nació hace ya dos décadas de la mano de la Diputación de A Coruña. La cifra de usuarios que se benefician engorda con el paso de los años y se acerca a los 300, repartidos entre los 11 ayuntamientos de la comarca de Barbanza.

Los beneficiarios. El servicio se destina a todas las personas mayores que residan solas en municipios con una población inferior a los 50.000 habitantes. La pensión de los usuarios no puede superar los 1.075 euros. Para seleccionar a los beneficiarios del programa se necesita de la colaboración de los técnicos de Servicios Sociales de cada concello, que son los que se encargan de tramitar las solicitudes.

Las últimas incorporaciones. Desde el año 2012 se mantienen adheridos al programa un total de 88 municipios de la provincia de A Coruña. Los últimos en sumarse fueron Culleredo, Irixoa, Noia, Oleiros y A Pobra. Todos los que cumplen los requisitos de población están adheridos, a excepción de Muros, que decidió no sumarse.

Las cifras. Durante los últimos 18 años se atendieron con el servicio de teleasistencia a 5.290 personas. El presupuesto destinado en 1999 fue de poco más de siete millones de pesetas (unos 42.000 euros), mientras que el año pasado se llegó a 473.094 euros. En Barbanza el concello con más usuarios es Ribeira (64), seguido de Outes (50) y Boiro (28).

Al otro lado del teléfono. Un total de 16 operadoras son las encargadas de atender el servicio. Cada usuario tiene un informe en el que se detalla su estado de salud y otros asuntos de interés como las medicinas que deben tomar cada día o los datos sobre la persona de contacto a la que habría que avisar en el caso de no poder contactar con el mayor.

Controles periódicos. No solo los beneficiarios realizan llamadas para contactar con las operadoras cuando lo necesitan, sino que ellas también hacen controles periódicos para comprobar que el usuario se encuentra bien, sobre todo si hay alertas por olas de frío o de calor. Muchas veces el contacto es importante para que el mayor no se sienta solo y tenga alguien con quien hablar. Muchos de los usuarios no tienen apoyo familiar.