Diálogo sí, pero pocos pactos a la vista

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MATALOBOS

Los partidos están abiertos al consenso, pero todos esperan que no sea necesario

15 may 2019 . Actualizado a las 20:16 h.

En vista de la previsible fragmentación del voto en buena parte de los concellos de la comarca ante la proliferación de candidaturas, parece poco probable que vayan a darse demasiadas mayorías absolutas. Sin embargo, a estas alturas de la campaña, la mayoría de los candidatos no quieren ni oír hablar de posibles alianzas para formar ejecutivos sólidos, y sobran los dedos de una mano para contar a los que reconocen que se hayan planteado esta posibilidad. De hecho, la respuesta más socorrida es que lo prioritario ahora es centrarse en la campaña y que el objetivo es lograr, por lo menos, la mayoría suficiente para gobernar. Todos dejan, eso así, abierta la puerta del diálogo.

Los cabezas de cartel están dispuestos a buscar consensos y no hacen ascos a ninguna opción política, pero de pactos, por ahora, nadie habla. Y quien lo hace es para rechazar de pleno formar equipo con algún grupo en concreto. En este sentido se ha manifestado ya el candidato del PSOE a la alcaldía noiesa, Sergio Campos, que asegura que no hay diálogo posible con el NOIA para formar un hipotético gobierno. Tampoco la Marea estaría en disposición de favorecer la entrada de los independientes en un ejecutivo, mientras que el PP, si bien no le cierra la puerta, preferiría no tener que depender del apoyo de la formación liderada por Marisol Villar.

El popular Santiago Freire explicó que por su parte se han tendido puentes para mantener un entendimiento adecuado con sus socios de gobierno, pero no descartó que el resultado del 26M abra la puerta a otras alternativas. Además, en caso de tener que negociar con el NOIA, señaló que las circunstancias son distintas a las que propiciaron la moción de censura y si hay que buscar un pacto «habería que analizar moi detalladamente os aspectos dese posible acordo e hai determinados condicionantes que se aceptaron no seu día e que agora non aceptaríamos».

Más predisposición

Añade Freire que no cierra la puerta a escuchar a nadie, pero asume que los partidos de izquierda tienen una mayor predisposición a buscar un acuerdo entre ellos. Este es, precisamente, el escenario que se encontrará en Outes Beatriz Molinos si el PP no revalida la mayoría absoluta.

En el BNG outiense sí han tratado esta cuestión y lo que no van a hacer es «pactar co PP porque cremos que a súa xestión foi mala e iso sería retroceder». Con los demás, no cierran la puerta, como tampoco lo hace Manuel González, de Compromiso Outes: «Non hai cordóns sanitarios nin vetos». En caso de no lograr la mayoría absoluta a la que aspiran, «imos impulsar e liderar un goberno de cambio».

Otro que no quiere ni oír hablar de pactos, y menos con el que se presume que ideológicamente sería su aliado natural, Ciudadanos, es el PP de Boiro, que parece difícil que vaya a encontrar interlocutores en otros grupos en caso de perder la absoluta. Por su parte, Manuel Ruiz asume que en Ribeira podría darse una situación parecida a la del 2015. En cualquier caso, «no contemplo otra posibilidad que no sea la de ser la lista más votada. Sigo dispuesto a hablar con todo el mundo, no sé si eso puede dar pie a un acuerdo de gobierno». Por lo pronto, no tendrá el apoyo del BNG, que se postula como la alternativa para propiciar un cambio real en Ribeira.

El panorama más incierto puede que sea el de Muros, sobre todo tras lo ocurrido hace cuatro años. La popular Inés Monteagudo está dispuesta a dialogar, pero asume que no será fácil un acuerdo: «Hai catro anos houbo dous partidos que antepuxeron o afán das súas candidatas aos veciños. Iso non o imos facer nós». El discurso es similar al de la socialista Caridad González: «Imos falar con todo o mundo, pero isto é un negocio entre dous ou tres».

En Rianxo el escenario también está abierto. Un punto de interés está en si el PP estaría dispuesto a pactar con Ciudadanos, que ha formado candidatura con personas salidas de las filas populares, y, en principio, ni unos ni otros lo descartan.