Roberto Ruiz Rumbo: «El radar ayuda a detectar los objetos que están volando, sean aviones o no»

Francisco Brea
Fran brea RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

El comandante del EVA-10 vivirá el martes su primera patrona al frente del escuadrón ubicado en el monte Iroite

08 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado mes de marzo Roberto Ruiz Rumbo tomó posesión del cargo de comandante del Escuadrón de Vigilancia Aérea (EVA) 10, que tiene su base en lo alto del monte Iroite. Reconoce que para él fue un «acto relevante» y desde entonces se está adaptando a la comarca barbanzana. De hecho, tras despedirse al finalizar la entrevista comentaba que se iba con unos amigos a preparar su participación en la Sin-Son 10K.

-Llegó a la base en marzo, ¿qué tal la vida en Barbanza?

-No conocía la zona. Mi destino anterior estaba en Sevilla y el clima es un poco diferente. Pero en mi preadolescencia viví cuatro años en A Coruña y recuerdo como era el tiempo.

-Debido a su puesto, tendrá que relacionarse con otras instituciones de la zona. Estuvo, por ejemplo, en Noia en los festejos del día del Pilar. ¿Hay buen entendimiento?

-Sí, claro. Hay que pensar que este escuadrón está ubicado en tres concellos: Lousame, Boiro y Porto do Son. También hay mucha relación con Noia porque allí se instalaron las primeras viviendas militares y mantener los contactos es importante.

-El martes es el día de su patrona y su primera vez celebrándolo al frente del EVA-10, supongo que será un acto especial.

-Efectivamente, es la Virgen del Loreto. Será la primera vez que tenga la responsabilidad de llevarlo a cabo aquí. Deseo que vaya todo bien y pueda venir el máximo número de representantes de concellos, Policía Local, Guardia Civil, Policía Nacional... también se invita a empresarios. Algunos tienen mucha vinculación desde el inicio del escuadrón y conocen a la gente del puesto.

-En los últimos tiempos la base se ha abierto más a la ciudadanía con actividades como jornadas de puertas abiertas. ¿Considera que es una buena medida?

-Es importante que los ciudadanos puedan saber la función que realizamos aquí. Darnos a conocer es algo bonito, para que la gente sepa que estamos aportando nuestro granito de arena al control y la seguridad de los espacios aéreos de soberanía nacional.

-Efectivamente, su trabajo puede ser desconocido para muchos. ¿Cuál es la función del EVA-10?

-Nuestro aporte es de control a la vigilancia. El radar ayuda a detectar los objetos que están volando, sean aviones o no. Todos los radares tienen un área de cobertura y en ella se detectan principalmente aviones. Esa información se recaba y se envía a los grupos de Mando y Control, bien al central o al norte de mando. También contribuimos en el apartado de las comunicaciones. Para hacerlas vía radio se usan los equipos más cercanos. Nosotros somos una estación remota para estos centros cuando tienen que hablar directamente con los aviones.

-Vigilan el aire, ¿hay mucho tráfico sobrevolando nuestras cabezas habitualmente?

-No podemos decir si se incrementa o no el tráfico aéreo, eso no es lo que nos preocupa. Pero sí que es cierto que se puede ver que el espacio aéreo está bastante saturado.

-La tecnología es cada vez más importante. En su trabajo será muy relevante.

-Utilizamos el Lanza3D, que puede ver los aviones en distancia y altura. Antes para eso hacían falta dos antenas. El Lanza3D fue desarrollado por Indra y obtiene altos niveles de operatividad. Tiene una tolerancia a los fallos muy buena.

«En días buenos, lo que tenemos aquí es un mirador»

Para llegar a la base del EVA-10 hay que subir mucho. Conducir por una carretera con curvas, en la que no siempre las condiciones son las mejores. Pero la elección de la ubicación tiene su motivo.

-Se dice que están instalados en el monte Iroite porque es un punto estratégico, ¿a qué se debe?

-El radar debe buscar la máxima cobertura y siempre se consigue en la cima de las montañas. Al igual que ocurre con la telefonía, se producen sombras y si estuviera en un valle, las montañas las generarían y no se cubrirían las áreas necesarias.

-Eso implica tener que llegar a la base todos los días...

-Sí, es complicado, pero el paisaje es muy bonito, aunque a veces el clima lo empaña. Pero es reconfortante estar en medio de la naturaleza, ver los caballos o las vacas. En días buenos, lo que tenemos aquí es un mirador.

-El EVA-10 es ya un elemento más de la sierra barbanzana.

-Está claro y para nosotros es muy importante la gestión medioambiental. El paraje es perfecto y estamos muy implicados. Controlamos la separación de residuos, el reciclado, los vertidos y hacemos análisis periódicos de la EDAR. Nos esforzamos para mantener el entorno. Somos el primer ejército de la OTAN en tener un certificado medioambiental.

-Tampoco descansan. Aquí se trabaja todos los días las 24 horas.

-El personal está dimensionado para servicios técnicos y de seguridad. Hoy -en referencia al viernes, cuando se realizó la entrevista- es festivo y está todo funcionando. El esfuerzo es como en otros trabajos que se presta servicio las 24 horas, hay turnos para que sea razonable.

-Al final ya serán una familia.

-Somos un escuadrón en el que toda la plantilla se conoce. Tenemos contacto todos los días, trabajando, en la comida... y sí, se convierte en una familia.

-Lleva nueve meses en el cargo, ¿se ve mucho tiempo en él?

-Inicialmente es por un período de tres años. Aún no cumplí uno e igual es un poco prematuro decirlo pero, a priori, no me importaría continuar porque solo estoy recibiendo satisfacciones. Aunque habrá alguien empujando que quiera coger experiencia y disfrutar de este puesto.