La temporada de pesca fluvial en Barbanza arrancó sin apenas capturas

X. r. Alvite / s. Gómez MAZARICOS, RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

ALVITE

El viento de nordeste y el frío motivaron que las truchas no fueran un objetivo fácil

21 mar 2021 . Actualizado a las 19:31 h.

Los ríos de Barbanza no fueron una excepción en la primera jornada de la temporada de pesca fluvial. Como en el resto de la geografía gallega, las presas se escabulleron de las decenas de pescadores que madrugaron para disfrutar de un día de naturaleza y deporte. «A mañá estaba moi fría e o ceo moi claro. Entráronme tres boas troitas, pero escaparon. Os ríos están tan sucios, hai tantas árbores tiradas que non as puiden sacar», afirmó Benigno Antelo, de 88 años, y que se centró en los afluentes del Maroñas, en Mazaricos.

Ese fue el municipio de la zona que más gente congregó. No brilló en capturas, pero sí por el nutrido grupo de aficionados que se dejaron ver. El embalse de A Fervenza se convirtió en el lugar más concurrido, de ahí que los más veteranos tratasen de evitarlo. Así lo aseguró José Manuel Quintáns desde el Maroñas: «Hai demasiada xente. Hoxe é un día para dar unha volta. É imposible».

En lo que concuerdan los aficionados es en que las condiciones que se registraron este primer día hacen la jornada más llevadera por el sol, pero espantan a las truchas. «Non son parvas. Cun día tan claro é difícil que saian. O mellor momento para ir a elas é cando chove un pouco e hai nubes. Hoxe poucas se van coller», afirmó un pescador que a estas alturas ya ha librado cientos de batallas.

El que todavía comienza en estas lides es Aaron Iglesias, que en el río Xallas disfrutó de su primera jornada de pesca. Y lo hizo con éxito, ya que, a pesar de sus 7 años de edad, se fajó como un profesional para capturar su primera trucha.

Especies invasoras

Quien ve el futuro complicado para esta afición que tanta gente mueve en Galicia es Severino Barcia. Ubicado en el embalse de A Fervenza, en Mazaricos, afirmó que «o cangrexo americano está acabando con todas as especies que había antes na zona».

El vecino de San Cosme de Antes explicó que la cosa se pone cada vez más difícil por culpa de los animales invasores que llegan de fuera de Galicia. Lo que tienen claro los más experimentados es que habrá que dejar pasar unas semanas antes de valorar si este 2021 será un buen año. «Con este tempo non se colle nada. Hai que esperar a pasar a Semana Santa», afirmó uno de los barbanzanos que pasó la mañana en la orilla del río. Confesó con sorna que esperan que los novatos tiren la toalla y puedan tener sus cotos con menos gente.

El que seguro que aguantará ese arrebato de los primeros días será Benigno Antelo, que lleva ya 50 años visitando los ríos de la zona. Comenzó tras la muerte de su hijo y lo convirtió en una forma de evadirse. Los años de experiencia le enseñaron a esperar a las truchas en los afluentes pequeños, zonas que el resto suele obviar: «Escapo de onde haxa moita xente». Además, sabe al dedillo los pozos donde se encuentran normalmente los mejores ejemplares.

Aún así, tanto él como el resto de pescadores tuvieron que irse a casa con las manos de vacío: «O frío e o vento son un problema para os que andan coa miñoca». Aún así, la valoración fue positiva. Después de siete meses sin salir a pescar, esa simbiosis entre el hombre, el río y la naturaleza volvió a aflorar en Barbanza. Aunque lo hiciese sin truchas, mereció la pena.