Querido...

Emilio Sanmamed
Emilio Sanmamed LIJA Y TERCIOPELO

BARBANZA

09 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Supongo que esperas algo más de una carta que una cadena de pensamientos sin sentido. Esperas algo emotivo o por lo menos entretenido… Pero, la verdad, estoy sentado ante el papel y no puedo recordar nada digno de ser contado. Serán las dos o las tres de la madrugada, el reloj de la pared dejó de funcionar hace… no sé cuándo dejó de funcionar. Solo cuento noches solitarias y amaneceres intrusos, nunca bienvenidos.

No puedo dormir. El silencio me llena el alma de ruido. La oscuridad refleja recuerdos amargos. De día me calman un poco los pitidos de los coches, el rumor gris e indefinido de la peatonal y las cosas que pasan a mi alrededor. Dentro de mí no sucede nada nunca. De vez en cuando viene alguien a verme. No suelo estar preparado. Respondo torpe a lo que me dicen, que nunca escucho, y me despido aliviado cuando marchan.

Estoy intentando no parecer triste, ¿lo consigo? Probablemente te aburro. No es esta la clase de carta que esperas después de tanto tiempo. Yo no soy quien esperas que sea después de tanto tiempo. Lamento decirlo, pero sí: estoy estancado en una ciénaga inundada con las lágrimas que aún no he llorado. Tomo latas de conservas. No conseguí nada de lo que me propuse. Partió de mí un barco llevándome. Tengo un cuaderno debajo del colchón lleno de páginas arrancadas. Eres tú cuando el teléfono no suena.

No me mires con reproche desde ahí abajo cuando deje esta carta sobre el mármol. Y sí, sé que siempre termino diciendo lo mismo, pero esta vez lo prometo: te cambiaré las flores. Lo sé, lo sé: los pétalos se secan. Los pétalos se secan.