Drag Atlantis, el alter ego del joven Ángel Outeiral: «Con ella soy quien quiero ser»

Laura Ríos
Laura Ríos RIBEIRA

BARBANZA

MARCOS CREO

El muchacho explica que le gustaría impulsar este arte irreverente en Barbanza

28 jun 2023 . Actualizado a las 09:56 h.

Tacones de aguja de más de 15 centímetros y minifalda. Así se presenta Atlantis allá por donde va. Su mirada acentuada por un cargado maquillaje y la melena rubia que le cubre completamente la espalda son las señas de identidad de este personaje, al que no le importa llevarse todas las miradas cuando entra en una habitación. Todo lo contrario es Ángel Outeiral, cuerpo que de vez en cuando «posee» la drag para expresarse ante el mundo. El creador de esta figura, de naturaleza más introvertida, piensa que «con ella soy como quiero ser realmente».

Acostumbrado a subirse sobre los escenarios como instructor de zumba, explica que no le importa que la gente le mire si es por el bien de un buen espectáculo y que le gustaría crear escuela en Barbanza: «Si estuviera en una ciudad y lo tuviese más normalizado igual no me tiraría tanto, para mi sería un honor empezar yo aquí y poder ayudar a otros artistas después».

El drag, disciplina en la que lleva ya un tiempo formándose, no es tan simple como ponerse una peluca y unos tacones, si no que conecta con el teatro, la música y el canto mientras cuestiona los roles de género establecidos: «Lo más difícil es crear al personaje y darle un contenido, yo hace dos años que decidí que quiero hacer esto, llevo mucho tiempo comiéndome la cabeza».

Para él, el hecho de que un hombre se ponga sandalias o vestidos es una forma de transgredir las normas sociales y señala que las mujeres también pueden hacer lo mismo: «Hay chicas que hacen drag, no hay diferenciación de género, esto está abierto a todo el mundo».

Cuenta que la inspiración principal de su personaje es el mar, pues sus raíces ribeirenses le han llevado a sentirse muy unido a la inmensidad azul de la ría. «Quiero construir algo que hable de Galicia y que sea reconocido allá donde vaya».

Preparación

Para armar estos complicados vestuarios basados en la flora y fauna oceánicas, Outeiral está aprendiendo a coser, pero esta no es la única disciplina que quiere dominar, ya que el chico lleva meses acudiendo a cursos de maquillaje y cosmética para perfeccionar la técnica. «He invertido cerca de 2.000 euros en material». El proceso para convertirse en Atlantis, que muy en el fondo siempre habita en él, empieza justo en este paso de preparación del rostro, en el que cuando el joven logra cambiar sus facciones y hacerlas más femeninas, en el espejo ya no ve a un Ángel con la cara pintada, si no a Atlantis deseando acabar y subirse encima de unos tacones infinitos.

Cuando habla de ella el chico lo hace en tercera persona, consciente de que el personaje es cada vez más grande y completo: «Ella tiene seguridad, no tiene miedo a nada, tiene actitud, es de improvisar, de probarlo todo».

Tras más de 4 horas poniéndose guapa, la drag ya está lista para salir e impresionar al mundo y admite que le gustaría llegar muy lejos: «Lo más importante es lo visual, pero quiero componer un espectáculo completo que combine varias especialidades, entre ellas la interpretación y el baile». Piensa que este tipo de entretenimiento busca la liberación de artista y público y que debería ser de consumo habitual: «Las orquestas podrían ofrecer también algo así, introducir un elemento diferente».