Casi 6.000 km de Taragoña a Cabo Norte a lomos de una moto: «Toleaba por ir»

Marta Gómez Regenjo
M. Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CEDIDA

Luis Tembra y Xosé Manuel Lorenzo comenzaron el día 4 de una aventura que les llevará al punto más septentrional de Europa al que se puede llegar por carretera

13 may 2024 . Actualizado a las 20:34 h.

El pasado 4 de mayo, en puntos de la comarca se recogieron precipitaciones de más de cien litros por metro cuadrado, y se alcanzaron rachas de viento que superaron los 80 kilómetros por hora. El escenario no era, desde luego, nada propicio para encaramarse a los lomos de una moto y emprender un viaje de miles de kilómetros, casi 6.000, concretamente. Pero hacía tiempo que Luis Tembra Triñanes, el hijo de Teresa a de Triñanes, tenía metido entre ceja y ceja un viaje a Cabo Norte. Llevaba meses planificándolo y no estaba por la labor de echarse atrás, así que arrancó con sus pertrechos e inició una aventura que le llevará hasta el punto más septentrional de Europa al que se puede llegar por carretera: «O primeiro día foi unha odisea, o vento case me tiraba da moto».

Además de su moto como fiel compañera, Luis viaja con un amigo de la infancia, Xosé Manuel Lorenzo, hijo de Hermitas a de Fungueiriño. Él vive en Barcelona, de donde partió también el pasado sábado para encontrarse en Hondarribia y seguir juntos el periplo por Europa. «Alá en agosto ou setembro empecei a organizar a viaxe. Ao principio iamos ir cinco, pero ó final quedamos os dous e aí imos», cuenta Luis al final de una de las doce etapa que calcula que tendrán que completar para llegar a su destino en el norte de Noruega.

Sobre cómo se le ocurrió semejante aventura, relata que hace mucho tiempo que la idea le rondaba la cabeza: «É unha viaxe que tiña pensado dende hai moito, era unha espiña cravada. En Noruega foi onde pai sacou as castañas do lume e falaba marabillas dese país, ata tiña a bandeira colgada no salón! Eu toleaba por ir».

Apasionado de las motos, quería hacerlo además sobre dos ruedas, un viaje que exige un tiempo del que hasta poco no disponía: «Agora estamos os dous xubilados e temos carta branca. E quixemos facelo xa porque é un viaxe esixente e temos 66 anos, temos que aproveitar que aínda estamos ben fisicamente porque dentro de dous días non imos poder. O tempo apremia».

Y con ese espíritu aventurero pese a peinar canas van comiéndole kilómetros a la carretera día a día. Prevén llegar a Cabo Norte a mediados de la próxima semana, pero no se marcan una fecha concreta porque su objetivo no solo es llegar, sino disfrutar del viaje: «Non todo vai ser andar en moto».

Cambio de planes

La ruta que se habían fijado era de casi seis mil kilómetros desde Taragoña a Cabo Norte, pero posiblemente recorran algunos más porque no se están ciñendo al itinerario marcado, precisamente, porque quieren aprovechar para ver todos los lugares que puedan: «Tiñamos previsto subir por Versalles e por París, pero decidimos desviarnos e ir pola Bretaña. Estanos levando máis tempo do previsto, pero vale a pena. Á volta si que viremos por Versalles».

Cuenta que le impresionó el cementerio de Normandía donde reposan los soldados estadounidenses caídos en la Segunda Guerra Mundial, con sus 4.410 cruces blancas. Pasaron ya por Rouen, Amiens, Maastrich, Namur, Lubeck, en Alemania, y siguen sumando kilómetros con la meta fijada en Noruega: «O Cabo Norte é o paraíso dos que temos paixón polas motos».

En cámpings

Son unos seis mil kilómetros de subida y otros tantos de bajada, un paseo largo para hacer en moto y ligeros de equipaje. Aunque Luis cuenta que lleva de todo a lomos de su fiel compañera. Además de ropa, llevan comida para reponer fuerzas a lo largo de la maratoniana jornada, que debe comenzar temprano para llegar a los cámpings en los que duermen antes de que cierren. Hacen acopio de víveres en los supermercados, y vuelta a la moto. «É un viaxe económico, non vimos para facer turismo gastronómico, vimos para andar en moto e ver sitios».

Y en esas están. Asegura Luis que no tienen ninguna prisa, simplemente quieren disfrutar de la experiencia y del viaje. Cuenta además que ya no son unos veinteañeros y, aunque son unos apasionados de las motos, lo suyo no es la velocidad y la aventura en la que se han embarcados una contrarreloj: «O noso non é correr. Imos para desfrutar da moto e para ver mundo».

Esa hambre viajera no se acabará con la meta en Cabo Norte, sino que el hijo de Teresa y el de Hermitas tienen ya en mente un nuevo objetivo: las montañas Dolomitas, en los Alpes italianos. Pero esa ya será otra historia.