La artista que se convirtió en bateeira para inmortalizar el ciclo del mejillón

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

sainza pardal

Amante de la fotografía documental, Sainza Pardal viajó en el pasado a la frontera de Gaza para reflejar la vida de los palestinos

05 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Empieza con la recogida de la mejilla en las piedras y concluye cuando los sacos con los moluscos son descargados en el puerto para su comercialización, tras haber alcanzado el tamaño y la calidad idóneos para su consumo. El ciclo de vida del mejillón llamó la atención de la artista Sainza Pardal (A Pobra, 1995) que no dudó en convertirse en bateeira por un tiempo para inmortalizar los diferentes procesos por los que pasa el denominado oro negro de la ría de Arousa. Dedicó a este proyecto un par de años y el resultado fueron más de dos mil fotografías. A partir del viernes exhibirá una selección de sesenta instantáneas en la casa de cultura pobrense.

Barlovento, como la pobrense bautizó su proyecto, es el resultado del trabajo final del máster de nueva fotografía documental que cursó en Barcelona tras concluir su formación en la Escuela de Arte Superior de Diseño Pablo Picasso de A Coruña. Es un trabajo, como explica la autora, que «mestura tradición e contemporaneidade, afástase da fotografía directa e clásica, para apostar por un punto de vista máis conceptual e íntimo».

Sainza Pardal quiso darle visibilidad al trabajo en las bateas: «É un oficio que permanece na sombra aínda tendo tanta importancia nesta zona». Tiró de familiares que tiene en el sector y se convirtió en bateeira: «Fun unha máis no barco, fixen as mesmas tarefas ca o resto para achegarme o máximo posible a esta profesión». Reconoce que la extracción de mejilla fue lo que más llamó su atención: «É unha tarefa moi dura, polo perigo das ondas e tamén porque a xente está moito tempo de xeonllos e soporta un peso importante enriba do lombo». También se quedó impresionada cuando comprobó la facilidad con la que los marineros se mueven por encima de las bateas.

Atracción por las guerras

La pobrense reconoce que la fotografía documental con un toque contemporáneo es su fuerte. Antes de adentrarse en el proceso de cultivo del mejillón viajó a la frontera de la Franja de Gaza para realizar allí el trabajo de fin de ciclo: «Realmente decidín estudar fotografía porque me interesaba inmortalizar a vida nas zonas de conflito. Mentres estudaba na Pablo Picasso xa tiña claro que quería facer o traballo final nun lugar en guerra».

Viajó en el 2020, cuando todavía no había estallado el conflicto actual, pero ya entonces la situación era complicada. Dedicó su estancia allí a reflejar a través de instantáneas el día a día de los palestinos que se dedicaban al transporte de productos agrícolas: «Ese traballo era a única vía que tiñan para poder atravesar a fronteira e acceder a servizos dos que carecían dentro de Gaza, como unha atención sanitaria de calidade».

Pese a la dureza de la experiencia vivida, la artista barbanzana confiesa que le gustaría repetirla: «Os temas que me atraen son os de temática social, cun enfoque artístico e intimista. Quero que as miñas fotos fagan reflexionar a aqueles que as vexan e ser así a voz de alguén que non pode falar».

Esa es la filosofía que llevó a Sainza Pardal a emprender el proyecto en el que está sumergida en la actualidad. Trata sobre el trastorno del espectro autista. La artista se ha adentrado en este caso en la vida de una persona que tiene esta afección para tratar de reflejar su día a día. Reconoce que es un trabajo que la tiene enganchada y que la temática ha despertado en ella una gran curiosidad.

La joven, que intenta actualmente abrirse paso en el mundo de la fotografía, reconoce que le gustaría en el futuro dedicarse exclusivamente a la parte artística: «O que máis me gusta é a fotografía documental, sempre fuxindo do estilo clásico».

Exposición. Barlovento, la exposición de Sainza Pardal que refleja el proceso de cultivo del mejillón, será inaugurada este viernes, a las 20.30 horas, en la casa de cultura de A Pobra.