Cris Núñez, la «influencer» que hace reír a millones de personas con solo un par de muñecos verdes

Laura Ríos
Laura Ríos RIBEIRA

BARBANZA

La creadora tiene una pequeña legión de marionetas caracterizadas como personajes diferentes.
La creadora tiene una pequeña legión de marionetas caracterizadas como personajes diferentes. CARMELA QUEIJEIRO

La noiesa hace vídeos de humor con muñecos de la película «Star wars»

21 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El refranero español es una fuente inagotable de conocimiento popular. A la noiesa Cristina Núñez le viene como anillo al dedo eso de que no hay mal que por bien no venga. Hace tan solo cinco años, en el 2019, si alguien le hubiese dicho que se iba a convertir en una influencer con millones de seguidores, seguro que no se lo creería.

Lo cierto es que su amorío con los trípodes y las luces le llegó después de que los problemas de salud que sufre en las rodillas la obligasen a apartarse de la zapatería que regentaba en el casco urbano de su villa natal. Como al resto de la humanidad, la pandemia pilló desprevenida a la futura creadora de contenidos, que durante el confinamiento empezó a darle vueltas a la cabeza en busca de una actividad que le permitiese sacar una carcajada a sus seres queridos.

Una casualidad de la vida, o quizás el destino, hizo que navegando por internet se encontrase con una par de muñecos muy graciosos con los que enseguida se imaginó grabando todo tipo de vídeos: dos yodas de la película Star wars versión bebé. A diferencia del personaje original del filme, cuya apariencia podría catalogarse de muchas formas excepto bonita, estos tenían una cara mucho más dulce y amigable.

Comienzo

Fue en 2021 cuando se lanzó, después de que la animasen familiares y amigos, a abrir una cuenta de Instagram con la que dar más visibilidad al contenido que hacía desde casa. Fue la primera vez que los internautas vieron a estas figuras verdes, que actuando como marionetas en las manos de Núñez, representan la cotidianidad de una manera hilarante.

Madres enfadadas, hijos desordenados, noticias inesperadas y tareas de limpieza son algunas de las temáticas que caben en los reels de esta noiesa cuyo humor ha logrado transgredir fronteras al otro lado del océano Atlántico. «Ao principio subiu todo coma a escuma, onde pegou forte foi en América Latina, aínda me lembro dunha xornalista arxentina que falou comigo para sacarme nun programa de alá, foi unha pasada», recuerda entre risas. Piensa que lo bueno de utilizar muñecos es que todo el mundo puede conectar con ellos y sentirse identificado con las cosas que hacen.

Salida a la calle

Tanto le gustó la idea de crear una comunidad unida y respetuosa que cuando empezaron a bajar las restricciones fue saliendo a la calle con ellos con el objetivo de que su público conociese un poco más España: «Moita xente latina me escribía porque lle sorprendía que tivésemos tantas cousas en común»,

Reconoce que el gran motor detrás de sus vídeos es, en parte, su hijo Hugo, que le enseña cuales son las últimas tendencias y la anima a seguir haciendo cosas nuevas fuera de casa, a pesar de caminar con dificultad: «El é quen me axuda moitas veces cando imos por aí porque eu vou coa muleta e non abarco todo nos brazos». Sobre la experiencia de grabar en exteriores, admite que al principio le daba mucha vergüenza que la gente se le quedase mirando, pero que ahora ya se lo va tomando con más naturalidad.

Dar un giro de 180 grados a su vida no fue un proceso fácil, apunta, sobre todo teniendo en cuenta los 12 años durante los que tuvo su zapatería en Noia. Lo bueno es que la lógica del refrán que abre este texto también estuvo presente en aquellos momentos duros, por eso ahora la barbanzana puede asegurar, sin miedo a arrepentirse, que «deume moita pena pechar, pero gústame mais este traballo. Teño moito máis tempo libre para gozar da miña familia».

Preguntada sobre los comentarios negativos, apunta que no son muy numerosos y que lo mejor es no dar voz a aquellos que solo promulgan el odio. Claro, debe aplicar aquello de perro ladrador, poco mordedor.