PSOE y PP, si no quieren ser devorados por Vox, deberán adoptar políticas más favorables a la clase obrera
09 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El PSOE celebró su congreso en Sevilla. La prensa destacó el apoyo a la creación de una empresa pública de vivienda, a pesar de que las competencias están en manos de las comunidades, y el acuerdo de que el colectivo LGTBIQ+ pase a denominarse LGTBI. Quizás por eso no tuvieron tiempo para posicionarse sobre el cese del CEO de Stellantis. La planta de Vigo corre peligro sobre su futuro. Mientras Feijoo clamaba cual Savonarola contra la pérdida del honor de Sánchez en Madrid, la abrupta salida de Carlos Tavares, consejero delegado de Stellantis, pasaba desapercibida. Salvo para el presidente Rueda, que salió al quite anunciando la preocupación de la Xunta por si la decisión ponía en peligro la continuidad de la planta en Vigo.
Tavares no excluyó la posibilidad del cierre: «Si los chinos se hacen con el 10 % del mercado en Europa del coche eléctrico, son 1,5 millones de coches, equivalen a siete plantas de montaje que deberán cerrar o venderse a los chinos. De eso no habla nadie.
El PSOE, con su postura favorable a la digitalización, globalización, inmigración a gran escala y cultura identitaria del sí es sí corre el riesgo de dejar de ser un hogar para los trabajadores. Los progresistas precisan adoptar una estrategia industrial que preserve el automóvil y una política de vivienda que deje de ser propaganda.
PSOE y PP, si no quieren ser devorados por Vox, deberán adoptar políticas más favorables a la clase media y obrera. No basta con adoptar políticas que mejoren el nivel de vida sino, sobre todo, hablar el mismo idioma de la clase a la que dicen representar y de la que cada día se alejan un poco más con su gusto por la jerga tecno mediática.