SOS

Alicia Fernández LA CRIBA

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

03 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Como estamos a unas noches de que nos visiten los Reyes Magos, como último y desesperado recurso, la pesca de bajura, el marisqueo y el sector mejillonero, nuestro monocultivo por falta de valentía y amplitud de miras, visto la que cae y los adversos signos que se observan en el futuro a corto y medio plazo, deberían armarse de papel y bolígrafo para escribir una sincera y compungida carta a sus Majestades de Oriente.

Habida cuenta de que los reyes y gobernantes de sus tierras han hecho dejación de sus responsabilidades durante muchos años, ignorado sus plegarias (que, es verdad, adolecían de toda contrición) y se encomendaron a la madre naturaleza, posiblemente sea el último recurso que les queda.

Estamos viviendo un declive acelerado de nuestras rías, tema del que hablamos desde hace muchos años en esta modesta columna. Nadie ha puesto remedio. Ni tan siquiera el tiempo, el sentido común y los medios cualificados para una reflexión. La fiaron a la capacidad de nuestro especial ecosistema para sobrevivir.

El paulatino descenso de producción primero se enmascaró en una vertiginosa subida de precios, que compensaban las cifras generales, esas que gustan tanto a políticos mediocres y representantes sectoriales amancebados. Pero con el paso del tiempo, al devenir en algo estructural, la situación se tornó injustificable e insostenible.

Hay muchas cuestiones que influyen. Unas ajenas y difíciles de acometer porque escapan a nuestras posibilidades. Otras, propias, en las que sí podemos actuar y ver resultados en plazos razonables. Lo que está claro es que de no variar el rumbo caminamos hacia un precipicio muy cercano.