Miriam, la primera bebé del año en Barbanza que tenía mucha prisa por salir

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Miriam González y José Manuel Rivas, con la pequeña Miriam, primer bebé del hospital del Barbanza nacido el 1 de enero
Miriam González y José Manuel Rivas, con la pequeña Miriam, primer bebé del hospital del Barbanza nacido el 1 de enero cedida

La niña pesó 3,200 kilos, nació veinte días antes de lo previsto y, como ocurrió con sus dos hermanas, sus padres no quisieron saber el sexo hasta el momento del parto

03 ene 2025 . Actualizado a las 16:01 h.

Tenía muchas ganas de salir y de recibir el título del primer bebé del 2025 que ha nacido en el hospital de Barbanza y que ha convertido en numerosa la familia formada por Miriam González y José Manuel Rivas y sus hijas Julia, que cumplirá 3 años este enero, y Flora, de 22 meses. La fecha prevista para que la pequeña Miriam llegase al mundo era el 20 de enero, pero el 31 de diciembre su madre empezó a encontrarse mal.

«Tuve una pérdida y fui al hospital. Allí vieron que tenía una fisura en la bolsa y decidieron ingresarme. Así que nos quedamos aquí toda la noche de Fin de Año con alguna contracción que otra», relata la feliz mamá, que explica que cuando llegaron al centro sanitario ya les dijeron que no había ninguna otra embarazada y que, posiblemente, su hijo sería el primer bebé del año que nacería en el hospital barbanzano, y que incluso podría convertirse en el primero de Galicia. Miriam González confiesa que eso le hizo mucha ilusión, porque «es muy difícil que cuadres de parto ese día, no suele pasar y eso emociona».

Finalmente, la pequeña no fue el primer recién nacido del 2025 en Galicia, pero sí en el Barbanza, donde vino al mundo el 1 de enero a las 23.05 horas, con un peso de 3,200 kilos. Su madre estuvo todo el día con contracciones que le cogieron la ciática y que hicieron que lo pasase bastante mal, aunque al final dio a luz sin epidural. «De Flora tampoco me la pusieron, y de Julia, la primera, sí que la pedí, pero luego tuve el parto más doloroso de los tres porque la anestesia no me cogió bien», recuerda esta administrativa de 34 años que nació en Tui pero que se vino a vivir a Castiñeiras cuando se casó.

Reconoce que sus tres hijas fueron muy seguidas porque tanto su pareja como ella querían «que se criaran juntitas, que no hubiese mucha diferencia de edad, porque la verdad es una maravilla ver a las dos mayores jugar tan pequeñitas y que se entiendan tan bien». Sus hermanas ya acudieron a conocer al nuevo miembro de la familia y, aunque están encantadas, «quieren a su mamá todo el rato y ya no se querían ir del hospital».

 Que vinieran sanos

Tanto Miriam González como su marido siempre tuvieron claro desde que se quedó embarazada por primeva vez que no les importaba el sexo del bebé, lo único que querían es que viniese al mundo sin ningún problema de salud. Y esa tradición con final sorpresa la siguieron manteniendo con los dos siguientes, que no supieron si era niño o niña hasta llegar al paritorio.

«De verdad que fue muy emocionante, cuando tienes a tu bebé y te lo ponen encima solo preguntamos si estaba bien. Hasta se nos había olvidado preguntar qué era. Es una emoción tan grande que es difícil de explicar», apunta. Miriam González confiesa que nunca se ha arrepentido de tomar este decisión, a pesar de que mucha gente le insistía en que cómo iba a tener todo preparado si no sabía el sexo. «A mí me da igual el azul o rosa, y también hay verdes, hay grises, hay amarillos muy bonitos. Por colores y por comprar, que no sea», destaca la feliz mamá, que señala que con dos niñas estaban encantados de la vida y con la tercera todavía más.

Además, la pequeña Miriam se está portando estupendamente y es muy buena, solo que por las noches es cuando más hambre le entra y se cuelga del pecho de su madre, que esta mañana ya recibió el alta hospitalaria para irse para casa. Sin embargo, con la recién nacida vino al mundo por la noche, tiene que permanecer 48 horas ingresada, por lo que no será hasta mañana cuando se reúnan con el resto de la familia en su casa de Castiñeiras.

Una pregunta que no han parado de hacerle a Miriam y a José Manuel Rivas desde que nació esta tercera hija, y con la poca diferencia de edad que hay entre ellas, es si ya se plantarán o buscarán mas hermanitos. «Por ahora nos quedamos con tres, pero nunca se sabe».