La autopsia confirma que el cadáver hallado en Porto do Son pertenece a una mujer desaparecida en Portugal

BARBANZA

El cuerpo de la mujer hallado la semana pasada en Porto do Son.
El cuerpo de la mujer hallado la semana pasada en Porto do Son. Cedida

A Priscila Soledad Montalvo Morán, de 50 años, se le había perdido la pista el 29 de diciembre en la localidad de Esposende

14 ene 2025 . Actualizado a las 20:16 h.

Justo cuando se cumple una semana del hallazgo, la autopsia ha confirmado que el cadáver encontrado en una playa de Porto do Son pertenece a una mujer desaparecida en Portugal. Los forenses han culminado una compleja investigación iniciada el pasado 6 de enero, cuando un cuerpo apareció en la playa de A Arnela cerca de las dos de la tarde. Las pruebas de ADN practicadas y el cotejo de huellas dictaminó que la fallecida es Priscila Soledad Montalvo Morán, de 50 años, a la que se le había perdido la pista el 29 de diciembre en la localidad de Esposende, al norte de Portugal.

Asimismo, la autopsia también reveló que no había indicios de criminalidad en el fallecimiento, aunque no pudieron esclarecerse las causas de la muerte, por lo que fue calificada como indeterminada. El cuerpo fue hallado por unos viandantes en avanzado estado de descomposición, motivado por haber estado varios días a la deriva por el océano Atlántico.

La mujer apareció con el torso desnudo por el efecto del mar, que al parecer le privó de las prendas de la parte superior. También llevaba unas medias negras, pantalones cortos vaqueros y unas zapatillas blancas, aspectos que fueron fundamentales para conectar el descubrimiento en Porto do Son con la desaparición en Esposende. La Guardia Civil no encontró en el punto ningún tipo de documentación.

La ausencia de Priscila Soledad Montalvo fue denunciada por su marido que, cuestionado por el hallazgo en Galicia, aseguró estar convencido de que era su mujer, un extremo que acabó confirmado por los investigadores. La principal hipótesis es que la mujer se cayó al mar mientras deambulaba por algún punto de la costa portuguesa. A partir de ahí el efecto de las corrientes, principalmente la del río Duero, acabaron con el cuerpo llegando al litoral gallego.

Con todo, las circunstancias del fallecimiento están siendo investigadas por el Comando Territorial de Braga de la Guardia Nacional Republicana (GNR). La fallecida fue incinerada en la más estricta intimidad familiar en el tanatorio de Barbanza-Xarás, en Ribeira.