Palestina

José Antonio Ventoso VIDA DESDE FUERA

BARBANZA

13 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El dolor del mundo sucede por más que se desconecte la tele. Asistimos en directo a la muerte en Gaza de un bebé por frío a los 20 días de nacer. Mientras en España se condena a pena de cárcel la violencia con los animales y las redes sociales bajan turbulentas denuncias por silbar a una mujer en la calle, en Gaza los soldados judíos se divierten disparando a los palestinos, aprovechando la noche para ir de caza. Ya no les queda más esperanza que sobrevivir un día más al genocidio israelí. No es solo Netanyahu quien mata cada día en el gigantesco campo de concentración que los judíos están montando en Palestina. Los israelíes sufren el Síndrome de Estocolmo, se han enamorado de las políticas nazis de limpieza étnica y las aplican en Palestina, Líbano, Siria o Irak. Se relamen las pistolas a la espera de la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos y el posible pacto con Putin: intercambio del Holocausto ucraniano por el gazatí mientras Europa mira hacia otro lado.

Somos una especie en extinción. El miedo se alimenta con la ignorancia y el silencio. La derecha española disimula su desinterés y desidia sacando cada cierto tiempo a Venezuela de paseo con Maduro de protagonista. El asesinato planificado de docenas de miles de palestinos le queda lejos. Los socialistas, con su eterna política del sí pero no, del no pero sí. Para una vez que Podemos acierta al pedir la rotura de relaciones con un gobierno genocida, con un general de las SS al frente, nadie le hace caso. Solo el Papa Francisco mantiene el tipo. Da dolor de cabeza la impotencia de no llorar. Decía Kafka: «Pedir que os cuenten todo, pero todo del principio al fin, porque menos no vale la pena escuchar».