Pantallas e internet para seguir la moción de censura de Outes en un salón abarrotado

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

La tensión subió en los momentos de intervención del concejal Antonio Caamaño

26 feb 2025 . Actualizado a las 20:34 h.

Ya lo decía un hombre que esperaba pacientemente a que se levantara el cordón que impedía acceder al salón de plenos: «Isto tiñan que facelo na casa de cultura, que é un sitio grande, para que collera a xente». Efectivamente, el salón noble de la casa consistorial de Outes se quedó pequeño para el público que quería seguir en directo la primera moción de censura en el Concello outiense. El acuerdo entre el PP de Francisco Calo y el todavía edil del PSOE —está pendiente de resolverse su expulsión—, Antonio Caamaño, apeó de la alcaldía a Manuel González, y hubo que tirar de pantallas y de conexión a internet para seguir el desarrollo de las intervenciones en una sesión que en algunos momentos se acaloró.

Un cuarto de hora antes del inicio del pleno ya no había hueco en el salón, así que quienes iban llegando tenían que quedarse de pie en la puerta. Este hecho no fue del todo imprevisto, ya que en esa zona se colocó una pantalla para que el público que no tenía sitio dentro pudiera seguir lo que ocurría. Otros, entre ellos los propios trabajadores municipales, aprovecharon las nuevas tecnologías para ver el pleno a través de internet.

Sí lograron asiento quienes a las 11.30 estaban ya en el recibidor de la casa consistorial y comentaban el cambio de rumbo político que estaba a punto de producirse: «Para cambiar de chaqueta ben pudo cambiar antes, pero bueno», apuntaba un vecino que explicaba que estaba allí «para ver que pasa».

El salón de plenos estaba atestado.
El salón de plenos estaba atestado. CARMELA QUEIJEIRO

Otros manifestaban su opinión a favor o en contra del relevo en el gobierno local, aunque sin demasiados aspavientos: «Para saber se un é bo cociñeiro, hai que probar a comida que fai, non é? Este alcalde xa sabemos como é, a ver que tal o fai o outro».

Caras conocidas

Entre los vecinos de Outes, comenzaban a asomar caras conocidas en la política municipal, como integrantes del PP en otros municipios de la comarca y también con responsabilidad a nivel provincial; concejales del BNG, entre los que se encontraba la alcaldesa de Muros; y también de otras formaciones políticas, afines a Compromiso Outes. De quien no había rastro era de representantes del PSOE, que el día anterior anunciaron que preparaban un manifiesto en contra de la moción de censura, pero optaron por no hacerlo público en el pleno de ayer.

Los prolegómenos de la sesión fueron de lo más pacífico, y como si los asientos estuviesen marcados de antemano, los simpatizantes del PP se pusieron a un lado, detrás de las butacas que ocupaban los ediles populares, y el resto al otro. El espacio era reducido, y eso favoreció en buena medida que los dos bandos en los que estaba dividido el público interactuasen cuando la tensión empezó a subir.

Los primeros en acceder al salón fueron los concejales del PP, recibidos entre cuchicheos, pero sin demasiada ceremonia, ni para bien ni para mal. Unos minutos después, entraron los representantes de Compromiso Outes y BNG. Ellos sí lo hicieron entre los aplausos del público, y el ambiente ya empezó a caldearse con gritos de «con orgullo», «bravo» y «coa cabeza alta», para alcanzar el punto álgido con la llegada de Caamaño.

«Judas», «traidor», «socialista de pacotilla» o «vendido» fueron algunas de las lindezas que le dedicaron desde la grada afín al gobierno saliente. Ahí empezó el intercambio dialéctico entre el público: «Ponte a traballar dignamente, coma o resto», le espetaron a Caamaño; a lo que desde el otro lado del salón replicaron: «Iso todos!». «E o meu pozo aínda está sen arranxar», se escuchó detrás de los asientos populares, con la consiguiente contestación: «Iso non é de agora, leva así moitos anos».

Francisco Calo levanta el bastón de mando ante la mirada de Caamaño (a la izquierda).
Francisco Calo levanta el bastón de mando ante la mirada de Caamaño (a la izquierda). CARMELA QUEIJEIRO

De vez en cuando, el público reaccionaba con risas por lo bajo y cuchicheos, aunque los ánimos no volvieron a alterarse hasta que llegó el turno de palabra de Caamaño. Con todo, y pese a los abucheos e interrupciones del público, la votación se desarrolló con normalidad y el nuevo alcalde fue recibido con aplausos.

Sumar acusa al PP de romper el pacto antitransfuguismo

Sumar no tiene concejales en la corporación de Outes, pero sus representantes también estuvieron en el pleno de ayer para mostrar su respaldo al ya exalcalde Manuel González. Paulo Carlos López, secretario xeral en Galicia, destacó el trabajo realizado por el gobierno saliente de Outes y acusó al PP en general, y a Alfonso Rueda en particular, de «apoiarse nun tránsfuga e dinamitar o pacto antitransfuguismo con tal de acadar o poder polo poder».

Un bastón de mando que resultó ser premonitorio

Pese a las interrupciones del público, Caamaño pudo completar una larga intervención en la que repartió culpas entre sus antiguos socios, pero además dejó algún dato para el anecdotario de Outes. En su discurso recordó que cuando Manuel González asió el bastón de mando tras las elecciones municipales del 2023 lo hizo «sen darse conta de que o collera do revés. Ó mellor xa era algo premonitorio de que iamos ir cara abaixo».

La primera foto del nuevo gobierno, incompleta

Una instantánea habitual después de la toma de posesión del nuevo gobierno es la imagen el alcalde arropado por todo su equipo, sin embargo, en esta ocasión no se cumplió la premisa y la foto del ejecutivo que lidera Francisco Calo quedó incompleta. El edil del grupo mixto, Antonio Caamaño, defendió firmemente su postura de apoyar al PP en la moción de censura, pero abandonó el salón de plenos nada más levantarse la sesión y no posó para la foto con los concejales populares.