
El gobierno saliente calificó la moción de censura como infame y esperpento
26 feb 2025 . Actualizado a las 20:29 h.El PP ya tiene de nuevo en su poder la alcaldía de Outes después de cinco años y medio en los que Compromiso Outes ha ocupado el poder. Francisco Calo asió el bastón de mando al prosperar la moción de censura que los populares firmaron junto al edil Antonio Caamaño, que concurrió a las elecciones bajo las siglas del PSOE y al que han abierto un expediente de expulsión. El resultado de la votación era previsible, tanto como que en el pleno se vivirían momentos de tensión, y así fue, sobre todo cuando Caamaño entró en la sala entre gritos de «Judas» y «traidor».
Como era de esperar, había una gran expectación y media hora antes del inicio de la sesión ya había vecinos en la puerta de la casa consistorial. Siguiendo la normativa, la presidenta de la mesa leyó las motivaciones de la moción de censura antes de dar la palabra a los portavoces municipales. El primero en hablar fue el candidato a la alcaldía. Francisco Calo enumeró las razones que llevaron a su grupo a liderar un cambio de gobierno y parafraseó al regidor saliente cuando llegó al pacto para la formación del tripartito en el 2023 para explicar su decisión: «Naquel momento dixo que era responsabilidade das distintas forzas buscar un entendemento para garantir a gobernabilidade». Esa estabilidad, argumentó, saltó por los aires al romperse el pacto: «Outes pasou de ter un alcalde que xa non contaba co apoio das urnas a ter un alcalde que tampouco contaba co apoio da corporación. Isto só pode levar a Outes á inoperancia e á inestabilidade».
Por eso, prosiguió, «como forza máis votada da corporación non podemos mirar para outro lado e asumimos a responsabilidade á que apelaba o señor González no seu día». Por último, se comprometió a trabajar desde el primer minuto «como un único goberno que se dedique a xestionar a vida municipal e non perda nin un só segundo en liortas internas».
«Burdas excusas»
El siguiente en tomar la palabra fue el ya exalcalde Manuel González, que fue particulamente duro en su intervención con su exsocio de gobierno Antonio Caamaño e inició su discurso pidiendo disculpas a los vecinos «polo espectáculo ofrecido nas últimas semanas por unha parte da corporación que remata con esta legal, pero infame, moción de censura».
Calificó de «simples e burdas escusas» las motivaciones esgrimidas para derrocar a su gobierno y, como hizo en los últimos días, defendió su trabajo enumerando las inversiones por 2,5 millones de euros que deja comprometidas su ejecutivo: «Non hai ningunha razón de peso que xustifique esta moción de censura máis que as ansias por ocupar canto antes a alcaldía co apoio dun concelleiro tránsfuga que traizoou as súas siglas, e se acaso aproveitarse da nosa xestión».
A Caamaño le recordó el informe de Secretaría que concluye que, cuando se oficialice su anunciada expulsión del PSOE, no podrá formar parte del gobierno local por ser tránsfuga: «Xustiza poética. E teña coidado porque Roma non paga traidores». También dirigió un mensaje directo a Francisco Calo: «Tiña dous camiños para chegar á alcaldía: o primeiro, máis lento e máis incerto, pero máis digno, era agardar ás eleccións. Vostede escolleu o segundo, menos digno».
A continuación llegó el turno de Anxo Núñez, portavoz del BNG, segunda pata del ejecutivo saliente, que fue también muy duro en su intervención, en la que utilizó términos como circo mediático, esperpento, novela turca o chanchullos y mercadeo para referirse al acuerdo entre el PP y Caamaño. Les responsabilizó de «facer de Outes un espectáculo e crear unha crise de goberno que eles mesmos inventaron para xustificar o inxustificable, que é unha moción de censura contra natura que non atende a motivos políticos».
En este sentido, afirmó que se trata de un «acto de corrupción ética e política. O que estamos a vivir é o secuestro do Concello para satisfacer os intereses económicos e persoais dun e as ansias de poder e cálculos electoralistas dos outros». Defendió a capa y espada el trabajo de un gobierno «que estivo funcionando correctamente dende o primeiro momento e que deixa os deberes feitos. Esta moción de censura non a fan para salvar Outes, fana para salvarse a si mesmos».
Había expectación entorno a la intervención de Antonio Caamaño, un discurso que arrancó con gritos de «pesetero» y abucheos de una parte del público. El edil no se amilanó y pasó al contraataque hacia quienes fueron sus socios de gobierno. Enumeró en primer lugar algunos de los episodios que motivaron su salida del ejecutivo y la ruptura del pacto, y arremetió especialmente contra el BNG y su portavoz, al que acusó de afán de protagonismo y de «estar disposto a pisar a quen fixera falta. Que este era un goberno unido, forte e sen fisuras nunca o dixen porque nunca o foi». Y aseguró que el principal problema fue que Manuel González «nunca lle quixo parar os pés».
Justificó su decisión de apoyar al PP afirmando que «o primeiro para min era o interese da veciñanza de Outes antes que o do partido. O máis fácil sería seguir cobrando e agardar as próximas eleccións, pero iso non vai comigo», y concluyó antes de dar paso a la votación: «Hoxe vou apostar por outro grupo, pode saír ben ou pode saír mal, serán os veciños de Outes os que nas vindeiras eleccións terán que tomar a decisión de referendar unha postura ou a outra».
Sin más dilación se pasó a la votación, en la que, como era de esperar, salió adelante la moción de censura y Calo tomó posesión como alcalde prometiendo diálogo, transparencia y participación ciudadana.