La devoción por San Campio traspasa fronteras y atrae a fieles hasta de León

M. L. G. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Carmela Queijeiro

El nuevo párroco de Santo Ourente se estrenó en esta multitudinaria romería

29 sep 2025 . Actualizado a las 17:47 h.

La romería de San Campio no coincidió en domingo como el año pasado, pero el nivel de asistencia no se quedó atrás. De hecho miembros del dispositivo de seguridad del que forman parte Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil de Outes se quedaron sorprendidos con la enorme afluencia registrada durante la mañana de este lunes para honrar al abogado del llamado mal cativo, es decir, los problemas que afectan a la cabeza. «Non contabamos con tanta xente», reconocen.

Y es que fue un constante trasiego de personas procedentes de la propia parroquia de Santo Ourente, de otras del municipio y también de comarcas próximas como Barbanza, Muros o Costa da Morte. E incluso de la provincia de León, lo que evidencia que la fuerte devoción por San Campio traspasa fronteras.

Una de las novedades de este año fue que las celebraciones religiosas estrenaron párroco, ya que hace un par de meses que un sacerdote llegado de Sudamérica se puso al frente de la parroquia outiense. En los oficios lo acompañaron otros curas de la comarca.

La tradición se mantiene intacta. Las misas se sucedieron durante toda la mañana, siendo la del mediodía la principal y más multitudinaria. No faltaron las habituales colas que forman los devotos de San Campio para realizar el particular recorrido, que comienza con una visita al santo, cuyos restos reposan en una urna situada detrás del altar mayor, en el interior del templo.

Siete rodeos y nueve golpes

Al salir, los fieles cumplieron los otros rituales de rigor, consistentes en lavar la cara y las manos en la fuente de la ermita de O Rial, dejando después el pañuelo usado al clareo; posteriormente rodear en siete ocasiones el cruceiro y dar nueve golpes con la cabeza a una imagen de piedra.

Conducidos por esta creencia llegan a Santo Ourente personas de todas las edades, desde familias con niños hasta otras más entradas en años. Como toda romería que se precie, después de las prácticas religiosas no faltó la parte lúdica, en la que los romeros pudieron degustar el pulpo á feira y disfrutar de la música de la mano del grupo Garandoiro.

En cuanto al dispositivo de tráfico, la carretera principal permaneció cortada, quedando un párking habilitado a unos 200 metros de la capilla. Desde Protección Civil apuntan que cada vez el grado de cumplimiento es mayor, pero aún hay personas que se saltan los cierres de viales.