«Ora pro nobis»

Carmen Alborés EN CALMA

BARBANZA

Alex Cruz | EFE

La señora María cada noche antes de dormir rezaba un rosario

25 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

O Ora pro nobis, ora pro nobis». Es una respuesta que se repite en las letanías de la Virgen María para pedirle que interceda por nosotros ante Dios. La señora María recitó esta frase latina muchas veces, al decirla ella se sentía relajada y a veces adormecida, con su rosario de nácar entre los dedos.

Estos mantras existen en muchas religiones, los musulmanes también poseen una especie de rosario, el misbaja, consiste en una sarta de cuentas (33 o 39) unidas por un hilo para saber el número de repeticiones del nombre de Dios, también en sus rezos recitan frases cortas en alabanza y glorificación de Alá. En el hinduismo repiten la sílaba primordial Om. Este es un mantra sonoro y sagrado que genera una vibración interior y representa la totalidad del universo y los estados de la conciencia. La danza turca sufí de los derviches busca la unión con lo divino a través de un ritual en movimiento de giros continuos y simbólicos que propician la meditación. Los judíos también realizan balanceos continuos al rezar para integrar el cuerpo y la oración al mismo tiempo.

La señora María cada noche antes de dormir rezaba un rosario, tenía uno especial que se lo habían traído de Tierra Santa, era de madera de olivo y decía que estaba bendecido por un papa y que ella quería ser enterrada con él. Últimamente la señora María dormía peor, tenía problemas para conciliar el sueño, la causa le decían que era porque se quedaba hasta muy tarde viendo algunos programas de televisión, cuando la visitaba su hija su tema de conversación favorito era sobre los personajes que veía en la televisión, eran ya sus nuevos compañeros. Luego por la noche el insomnio le obligaba a tomar algunos fármacos para dormir. Entonces decidió, por orden de su doctora, acostarse más temprano y recobrar la vieja costumbre de rezar un rosario antes de dormir, con lo cual cada vez se iba sintiendo más relajada y recobrando su paz espiritual.

La nieta de la señora María, rebuscando entre sus cosas, encontró sus rosarios y le pidió si le regalaba uno. Ella extrañada le dio el de nácar y le preguntó si rezaba el rosario, a lo que la nieta le respondió que ella no sabía, que lo quería para llevarlo de adorno en su cuello. La señora María deseó que a su nieta el rosario le hiciese algún efecto beneficioso.