Con una media conjunta de unas 800 intervenciones anuales, han sido claves en sucesos como los de las factorías de Jealsa, J. J. Chicolino, Congalsa o Angrois
26 jun 2023 . Actualizado a las 19:54 h.Los parques de bomberos de Ribeira y Boiro han alcanzado la mayoría de edad. Este mes de agosto se cumplen 18 años desde su puesta en funcionamiento. ¿El objetivo en aquel entonces? Mejorar y profesionalizar un servicio que ofrecían los equipos de emergencias municipales y las agrupaciones locales de Protección Civil. Dotados con 30 personas, 18 en Boiro y 12 en Ribeira, hoy hacen frente anualmente a una media de 800 intervenciones, entre las que destacan accidentes de tráfico, incendios en viviendas y fuegos industriales.
Son estos últimos los que más exigencia han creado, como fue el último registrado en Jealsa en mayo del 2021. Sigue fresco el de septiembre del 2009 en la nave de cuerdas de J. J. Chicolino, o el ocurrido en la factoría pobrense de Congalsa en el 2007. A ellos hay que sumar el que se originó en el 2017 en la nave de Max China, en Xarás, que quedó calcinada y que se pudo controlar antes de saltar a las anexas; o el forestal del 2013 que cercó el hospital comarcal y depósitos de gas ubicados en el polígono ribeirense.
«Nas intervencións todos somos necesarios, pero todos debemos saber o que temos que facer e ata onde chegan as nosas funcións», destaca el sargento de Boiro, Francisco Manuel Sampedro, cuyo parque registró el pasado mes de julio el mayor número de intervenciones desde su creación, con 85 en 31 días. Con un área de influencia que llega a Ames e incluso a la AP-9, cuestión que los llevó a participar en el operativo del accidente ferroviario de Angrois.
La principal reivindicación después de 18 años al pie del fuego es la dotación de mayor personal en dos parques que siguen con el mismo número de profesionales desde su creación. Ejemplo de implicación y servicio público, lo dejaron claro de nuevo en el incendio que asoló la sierra barbanzana y cercó casas. Una vez más, como en estos 18 años, volvieron a estar cerca de los vecinos de la comarca.
Óscar Casais, sargento del parque de Ribeira: «Los inicios, como todo en la vida, siempre son difíciles»
Óscar Casais lleva desde hace 18 años en el parque de bomberos de Ribeira. Hoy, como sargento, explica la evolución de un servicio que ha ido perfeccionándose y adaptándose a la comarca. Reconoce que «los inicios, como todo en la vida, siempre son difíciles» y echa la mirada al pasado para afirmar que «al principio nos encontramos con un parque que estaba hecho, que tenía el material preparado, pero, por ejemplo, en el que al empezar nos pasamos una semana o unos diez días en los que no disponíamos ni corriente. Teníamos que utilizar el generador del propio parque».
«Las condiciones laborales eran fastidiadas, pero la situación fue mejorando con los años. Hace dos nos rescató la Administración, con el Consorcio Provincial Contraincendios e Salvamento da Coruña, que ha incidido en mejorar la calidad del servicio que ofrecemos, es lo que prima. En el incendio de O Barco de Valdeorras se estuvieron mandando desde aquí dotaciones de refuerzo cada 12 horas», señala, y añade que «cuando hay que arrimar el hombro se pide colaboración, no se trata de tirar el dinero, pero sí de priorizar el trato a la ciudadanía».
La reivindicación de que el parque de Ribeira se homologue con los del resto de la provincia es una batalla que lleva 18 años en juego. Por el momento, en este hay 12 personas (un sargento, cinco cabos y seis bomberos), cuando en el resto de la provincia son, como mínimo, 18: «Eso motiva que solo tengamos dos personas de turno y, con el volumen de salidas que hay, puede resultar insuficiente».
Colaboración
Otra de las cuestiones que resalta Óscar Casais es la colaboración entre cuerpos: «Estamos todos en el mismo equipo, todos sumamos, pero hay ocasiones en los que algunos no tienen turno de noche. Te puedes encontrar que dos personas tienen que actuar en un accidente con una excarcelación, rescate o un incendio urbano y te juegas la seguridad».
Destaca el sargento del parque ribeirense que es importante seguir dotándose de nuevo material, y que, además de los grandes incendios que afectaron a factorías en Ribeira, A Pobra y Boiro, la antigua «vía rápida era un terror. Sabíamos que cuando nos tocaba salir era porque íbamos a tener problemas. Sigue habiendo accidentes de tráfico, pero antes era terrible. También le pasaba a los compañeros de Boiro, era algo muy duro».