
El restaurado pazo de goiáns se ha convertido en símbolo de un concello que atesora castros, sendas fluviales y playas
25 jun 2025 . Actualizado a las 13:44 h.Lo primero que cautivará al visitante a su llegada a Boiro es su espíritu de comunidad, la maestría con la que apuestan decididamente por la vanguardia sin perder de vista la conservación del inmenso patrimonio heredado. Boiro es un municipio para disfrutar con tiempo de todos sus encantos porque atesora un mundo de sorpresas en tierra y mar.
Concentra en sus 87 kilómetros cuadrados parajes naturales excepcionales, infinidad de vestigios arqueológicos, rutas para hacer senderismo siguiendo el cauce de los ríos Coroño o Breiro o para recorrer la sierra barbanzana. Una de sus señas de identidad es el restaurado pazo de Goiáns, que en un marco incomparable acoge todo tipo de acontecimientos sociales y actuaciones musicales. Además es posible visitarlo, tanto de forma particular de martes a domingo en los horarios que pueden consultarse en las oficinas de turismo o realizar un recorrido guiado.
También está el municipio sobrado de playas, entre las más populares figuran la de Carragueiros, en Cabo de Cruz, y la de Barraña, circundando el casco urbano y a la que puede llegarse fácilmente. Cuenta con un hermoso paseo y una amplia zona verde. Es la preferida por las familias por la tranquilidad de sus aguas y la inmensidad de espacios en los que grandes y mayores pueden buscar la sombra o disfrutar de otras actividades.
Otro de los puntos fuertes de Boiro es su gastronomía. El mejillón es el producto estrella, con fiesta de exaltación incluida. En su plaza de abastos pueden adquirirse productos cárnicos, pescados o mariscos frescos y de primera calidad. Pero, además, el municipio tiene infinidad de establecimientos hosteleros con propuestas de todo tipo, desde platos tradicionales a otros típicos de otros continentes.