Boiro despide a Victoriano Carbajosa, el funcionario elegante en el trato y en la apariencia

BOIRO

Victoriano Carbajosa (en el centro) era un asiduo del palco del Boiro. En la imagen está acompañado por Domingo Erviti, Marcos Martínez y Luis Castro
Victoriano Carbajosa (en el centro) era un asiduo del palco del Boiro. En la imagen está acompañado por Domingo Erviti, Marcos Martínez y Luis Castro MARCOS CREO

Trabajó para el Concello durante más de 30 años y llegó a ocupar los cargos de secretario y tesorero municipal

25 jun 2025 . Actualizado a las 20:18 h.

Los funcionarios no tienen buena fama, pero es injusto generalizar. Es verdad que los hay que atienden desganados, que te ignoran aunque acudas con un trámite que para ellos es un asunto menor aunque para ti sea un muro infranqueable... pero están también los otros funcionarios que son conscientes de su posición. No son excepción, sino excepcionales. Cumplen con su deber, incluso más allá de sus competencias. Rompen el estereotipo. Porque los funcionarios, como los periodistas, los médicos, los barrenderos, los mariscadores, los agricultores... no todos son malos.

Victoriano Carbajosa Fradejas fue funcionario en el Concello de Boiro durante más de treinta años, hasta que en mayo del 2000 le llegó la hora de jubilarse. Durante su etapa laboral, ocupó cargos de responsabilidad como secretario accidental o de tesorero, y otros menores, como el negociado de quintas, el padrón de habitantes... y siempre ejerció con una educación exquisita, sin perder los papeles incluso en situaciones tensas, como en debates plenarios en los que algún representante, de malos modos, le exigía que informase o le exclamaba «que conste en acta, secretario».

Victoriano Carbajosa era elegante en el trato y en la apariencia. Difícilmente se le podía escuchar levantar la voz. La sonrisa y la paciencia eran sus armas para en la atención al ciudadano en aquel Boiro que nada tiene que ver con el actual, y al que llegó, procedente de Valladolid, en 1968, y del que ya no se fue nunca más, hasta que ayer, a los 91 años, fallecía.

Por esta vida puede uno pasar cumpliendo con su trabajo, con su familia, con sus amigos... o hacer algo más para contribuir al desarrollo social y participativo, y Victoriano Carbajosa se involucró con su Club Deportivo Boiro, de cuya junta directiva formó parte, como secretario, con los presidentes Francisco Rey y José Tubío al frente en los años ochenta. Dejó la directiva, pero no al Boiro, porque era un incondicional del municipal de Barraña, a cuyo palco no faltaba ningún domingo que su equipo jugase en casa, incluso en la última temporada.

En el gesto amable de Victoriano se percibía una vida feliz, y es que detrás de su presencia en Boiro había una historia de amor, que empezó cuando estaba haciendo el servicio militar en Ferrol y fue invitado a Boiro por un compañero, Juanito Chouza —guardia municipal retirado—, gracias al cual conoció a Conchita García, la que acabaría siendo su esposa, con la que mantuvo contacto epistolar desde su Valladolid natal, donde ejercía de profesor, ocupación que abandonó cuando supo que en el Concello de Boiro había una vacante de funcionario y se presentó para ocuparla. Boiro ganaba un ciudadano ejemplar que, ahora, la muerte solo aleja su cuerpo, pero queda su memoria.

Los restos de Victoriano Carbajosa permanecen en el tanatorio Santa Eulalia de Boiro hasta el miércoles a las 11.45 horas, que serán trasladados a la iglesia parroquial y, tras el funeral, al cementerio de Vista Alegre.