Gabriel González, el joven que dejó una ingeniería por perseguir su sueño de ser artista: «Xirei con Loles León»

Laura Ríos
Laura Ríos RIBEIRA

CARNOTA

El cantante y bailarín durante una de sus actuaciones en el espectáculo musical «Chicago».
El cantante y bailarín durante una de sus actuaciones en el espectáculo musical «Chicago». CEDIDA

El artista lleva años actuando en los mejores musicales de Madrid y acaba de estrenarse en el mundo de las series

08 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo el mundo tiene una estrella mirándole cuando nace. Para unos, este astro especial se traduce en un amor incondicional por los deportes, la pintura o las escritura... por el contrario, hay gente que llega al mundo con el nervio suficiente como para comerse un escenario sin importar cuál sea la disciplina. El canto y el baile profesionales son la mezcla de dos factores fundamentales: el talento y el sacrificio.

De eso sabe mucho el carnotano Gabriel González, un joven que lo abandonó todo por perseguir sus sueños en Madrid y al que la jugada le ha salido muy bien. Todo empezó cuando no era más que un niño y sus padres decidieron que lo mejor era que fuese a clases de piano en la Escola de Música de Carnota: «De neno sempre prefires quedar na casa xogando, pero eu agradézolle moito á miña familia que apostase por formarme».

Apunta que su vocación fue lo que le mantuvo yendo a clase durante años y que siempre supo que lo suyo era actuar delante de la gente: «Se fose doutra maneira non tería aguantado tanto tempo». Cuando llegó el momento de escoger carrera, el joven se decantó no por aquello que le hacía feliz, sino por lo que consideró más práctico y con más salida laboral: una ingeniería informática.

Si hay gente que al llegar a ciudades universitarias como Santiago o A Coruña se dispersa lo suficiente como para ir acumulando asignaturas suspensas en vez de aprobadas, los cierto es que ese no fue el caso del carnotano, que apostó por hincar los codos como manera de librarse rápido del yugo del grado que había seleccionado y poder después volar libre. Pero todo tiene un límite, por eso cuando no le quedaba mucho para acabar decidió que ya había sido suficiente el sufrimiento: «Deixei a carreira e mudeime a Madrid».

Fue allí donde se formó en interpretación, canto y danza. Aunque parezca más fácil cuando alguien lo hace encima de las tablas, el artista cuenta que sus estudios supusieron un gran sacrificio personal, sobre todo teniendo en cuenta la gran cantidad de actividades y trabajos que les mandaban hacer los profesores: «Lembro que un deles nos facía saír correr á rúa e mentres ir cantando».

Para dar lo mejor de sí en cada función, el joven no solo tiene que entrenar duro y ensayar casi continuamente, sino que tiene que llevar un estilo de vida sano y equilibrado que le permita estar concentrado en lo que tiene que hacer: «No teu tempo libre non podes saír de festa e emborracharte coma calquera outro mozo, tes que recargar pilas para a seguinte función».

Chicago

Esa forma de enfocar su trabajo le ha permitido ser parte del elenco de musicales muy grandes y compartir experiencias con verdaderas bestias del mundo de la interpretación. «Hai un tempo xirei por toda España con Loles León», comenta a modo de ejemplo. Aún así, asevera que el proyecto en el que lleva envuelto unos cuantos años es el musical Chicago, una obra estadounidense de éxito internacional estrenada por primera vez en la década de los 70. En ella interpreta el papel de un o una periodista (la obra juega con el género de este personaje) que se encarga de limpiar la imagen pública de una asesina.

Así, si al principio de la obra el público repudia a la protagonista, al final, la intercesión de esta profesional de la información hace cambiar de opinión al respetable. Además, el joven acaba de participar en la serie Camilo superstar, que narra las presiones que recibió Camilo Sesto cuando trajo Jesucristo superstar a España. Su papel es el de Alfonso Nadal, amigo íntimo del artista.

Raíces. Su primer contacto con la música fue en la escuela municipal carnotana.

Madrid. El joven se formó en canto, interpretación y danza en la capital española.

Profesora. González se acuerda especialmente de Alianza Uhía, una maestra que «sempre confiou en min».