Bodas de plata del bolo do pote con un lleno absoluto

Xoán R. Alvite MAZARICOS / LA VOZ

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La celebración gastronómica volvió a conquistar los paladares en Mazaricos

04 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Han soportado tan bien el paso de los años que, aunque solo sea por unos días, los bolos do pote se han convertido, acompañando al cocido, en uno de esos platos imprescindibles de esta época del año. Al menos en Mazaricos, ya resulta imposible desvincular la celebración del entroido de la fiesta gastronómica que este fin de semana celebró su vigesimoquinta edición. Unas bodas de plata en las que se volvieron a llenar hasta los topes todos los establecimientos hosteleros del municipio.

De hecho, las reservas de mesas en los cinco restaurantes que participaron este año en la cita gastronómica se cerraron con varios días de antelación y ni el hecho de colocar mesas supletorias o doblar turnos impidió que cientos de personas se quedaran con las ganas de probar, de forma más sosegada, este plato habitual en las mesas de antaño. Por supuesto, sí tuvieron ocasión de saborearlos, al menos una pequeña ración, e incluso disfrutar de su proceso de elaboración, los que se acercaron hasta el Campo da Feira da Picota donde ayer tuvo lugar la tradicional degustación popular.

De ponerla en marcha se encargaron más de una veintena de personas vinculadas a la Asociación de Vecinos Monte Picoto y a la Asociación de Amas de Casa de Mazaricos, que durante los días previos trabajaron de forma incesante para que todo funcionase a la perfección y se pudiese satisfacer a los cientos de personas que llenaron hasta los topes la carpa que, en previsión de mal tiempo, se instaló en el lugar.

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Unas 800 raciones

«Calculo que servimos na volta de 800 racións, coa pena de que os últimos tiveron que marchar sen o prato de Buño co que este año queríamos celebrar os 25 anos», explica Laura Prado, presidenta de las amas de casa, que valoraba de forma muy positiva la respuesta de la gente, sobre todo teniendo en cuenta que, por primera vez, se cobraban las raciones que se servían en esta degustación popular: «Foi o primeiro ano no que decidimos cobrar, máis que nada para concienciar sobre o desperdicio de comida que se viña rexistrando en todas as edicións precedentes. Foi un importe simbólico de so dous euros, nos que ademais se incluía un prato de cerámica conmemorativo da festa, pero o resultado foi fantástico e penso que o obxectivo se cumpriu sobradamente».

Idéntica valoración realizaban el resto de colectivos participantes y, por supuesto, también los responsables de los diferentes locales hosteleros que participaron en la presente edición y que estuvieron a tope durante todo el fin de semana. Los restaurantes que se apuntaron a la degustación sirvieron más de 500 menús en los que, además de los bolos do pote, se incluía el cocido y diferentes postres propios del entroido a un precio que partía de 25 euros.

Por su parte, los establecimientos que figuraban como colaboradores sirvieron, como tapa con todas las consumiciones, los afamados bolos do pote con oreja, chorizo o panceta a modo de acompañamiento.