El curso arrancó en primaria salpicado por un robo y obras menores pendientes

A. Parada, J. M. Sande RIBEIRA / LA VOZ

MUROS

MARCOS CREO

Un total de 8.126 chicos de la comarca volvieron a clase sin que ninguna unidad quedase pendiente de docente asignado

13 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las semanas previas al inicio del curso habían estado marcadas por ciertos temores en el seno de los equipos directivos. Obras sin terminar de ejecutar o el más de un centenar de plazas que estaban pendientes de que se les asignase un maestro concreto encabezaban esta lista de miedos. Lo cierto es que, finalmente, el gran día de la vuelta a las aulas llegó y ningún centro empezó las clases con grandes actuaciones en curso -a excepción de varias menores, que no perturban la actividad académica-, ni faltaron docentes frente a las pizarras. La única incidencia relevante fue la salida a la luz del robo que se produjo en el muradano Ricardo Tobío, la pasada semana. Como anécdota, los bomberos boirenses retiraron un nido de velutina de un árbol del recinto boirense Praia Xardín este martes.

De esta forma, un total de 8.126 alumnos de infantil y de primaria devolvieron la vida a los pasillos de los colegios barbanzanos sin contratiempos importantes. No obstante, en algunos casos, debido a la tardanza en asignar a los docentes del primer ciclo, podría decirse que se salvaron por la campana. Fuentes de la dirección de un centro señalaron que el profesor que les faltaba por conocer fue decidido la misma mañana de ayer.

En lo referente al robo acontecido en el Ricardo Tobío, los padres y madres de los alumnos fueron enterándose a raíz de la pancarta que había sido colocada fuera y que contiene una importante lección cívica: «Roubar no colexio é roubar aos nenos». El director del colegio de Esteiro, Gonzalo Brea, comentó que los ladrones se llevaron el monitor de un ordenador, cuatro proyectores, memorias USB e incluso una guitarra eléctrica del aula de música: «O nerviosismo habitual do inicio de curso está mesturado coa angustia e a inseguridade».

SANDE

No se trata de la primera ocasión que sucede esto, solo el curso pasado los amigos de lo ajeno irrumpieron en las instalaciones cinco veces llevándose objetos electrónicos similares, como portátiles o tabletas. «Ademais de tramitar as denuncias correspondentes, desde o centro educativo, a situación púxose en coñecemento do Concello e da Consellería de Educación, solicitando a instalación de cámaras ou algún sistema de seguridade», afirmó Brea.

Batería de actuaciones

Los trabajos de los técnicos y obreros también han sido frenéticos en las semanas previas al comienzo del curso y a las inversiones municipales se ha sumado una inyección de 373.482 euros -dentro de este montante también se incluyen proyectos en institutos- de la Xunta.

Algunas de las intervenciones realizadas son cuestiones menores, como las del colegio Santa María do Castro, donde ayer pudo observarse a operarios realizar adecuaciones del firme en el patio exterior. No obstante, todavía quedan tareas pendientes de ejecutar por su envergadura, como la última fase de la nueva cubierta del centro de Olveira, que desde la consellería indican que está previsto que finalice en octubre, mas no hay actividad de obreros en el horario lectivo.

También está pendiente de que se realice la reparación de la fachada del aguiñense Heroínas de Sálvora (15.000 euros), la instalación del ascensor de la escuela de Escarabote (42.722 euros) o la sustitución del lucernario de la cubierta del Santa María do Castro. En este último, primero se realizará una reparación provisional y la obra tendrá lugar al acabar el curso.

Por otra parte, durante el verano se materializaron inversiones de las que ya han podido disfrutar en el primer día de clase los pequeños. En el colegio noiés Alexandre Rodríguez Cadarso el ejecutivo local reformó el parque infantil y Educación instaló radiadores en el aula de psicomotricidad, además de reformar el cierre del recinto. Asimismo, se destinaron casi 4.000 euros a las reparaciones de los daños causados por una inundación en el Felipe de Castro.

En Outes se instaló una nueva puerta reforzada, mientras que en el Santa Irene sonense se prosiguió con las actuaciones en materia de accesibilidad con el acondicionamiento de los baños de la planta baja, unas obras que también se realizaron en el colegio de Xuño y que suponen una inversión de 24.060 euros. En el Ricardo Tobío contaron con una partida de 10.244 euros que sirvió para cambiar la caldera.

Lousame repite como único concello de la comarca con transporte escolar compartido 

El concello lousamiano ha vuelto a ser el único representante de la comarca que cuenta con el nuevo modelo de transporte escolar compartido, introducido de la mano de la Lei de Transporte de Galicia el pasado curso. Desde el Cernadas de Castro, indicaron que cuentan con hasta tres rutas y que el número de usuarios se mantiene.

La directora del colegio de A Silva, Pilar Cobas, indicó que en el primer día del curso los padres acostumbran a acompañar a sus hijos hasta las instalaciones, por lo que los índices de uso crecerán a lo largo de la semana y más a partir de la próxima cuando se incorporen los estudiantes de secundaria. Cobas también destacó que los pequeños de infantil siempre cuentan con un período de adaptación de 10 días, tanto para el autobús como para el comedor.

En lo que al transporte escolar generalista se refiere, el de ayer fue un inicio de curso muy amable, ya que no se registró ninguna incidencia reseñable en este servicio a lo largo de todos los municipios de la zona. 

El timbre que suena a reencuentros e inicios (En directo)

Son las nueve y media de la mañana y en el ribeirense colegio Frións ya se ha escuchado el timbre que suena a reencuentros e inicios. No el que zumba, sino el alegre alboroto de los niños de primaria formando una fila que se expande y vuelve a la normalidad, según se suceden los saludos después de ese pequeño abismo que simbolizan los meses de verano. Los docentes van llamando por orden de lista mientras algunos progenitores observan orgullosos la bella escena.

«Ya venía con ganas, desde que fuimos a comprar el material escolar juntos», indica Manuel Calvo sonriendo, que acompaña a su pequeña Iria en el inicio de cuarto de primaria. En su caso, no fueron necesarios trucos ni artimañas para dejarle entrever que las vacaciones se acercaban peligrosamente a su fin. «Más que por venir al colegio, creo que es por las amigas; como en verano no se ven tanto», anota.

A la vuelta de la esquina sí que están teniendo lugar regresos algo más complicados, en el acceso a las aulas de infantil. Algunos pequeños lloran momentáneamente cuando sueltan las manos de sus madres para, acto seguido, buscar con la mirada a sus profesoras y otros chiquillos. Ana Agrelo acaba de dejar a su hija mayor, pero lleva a su hermanita de tres años, Celia, con ella.

Le tocará entrar más tarde, pero lo hará con la seguridad de estar preparada previamente. «Expliqueille que agora que medrou ten que deixar o cole dos pequechos e fará novos amigos que se sumarán aos de antes», indicó la madre, destacando que la clave ha sido «ir mentalizándoa». También le servirá la experiencia de haber visto a su hermana entrar primero.

En la escuela infantil

A escasos metros del Frións, y aunque llevan unos días impartiendo clase, en la Escola Infantil Municipal de Ribeira también se estrenan nuevos chiquitines y otros regresan a la normalidad, como el caso de Hugo. Su madre, Patricia García, recuerda cómo cambió desde que llegó con seis meses hasta ayer y aconseja llevarlo antes «o máis tranquilo posible para perder os nervios».

Suena el timbre en toda la comarca, esta vez el de la hora de la verdad.

A. P.