El muradano de adopción apunta al Europeo para buscar el billete a los Juegos
26 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Adrián González (Barcelona, 2000) se lo juega todo en un máximo de 20 minutos. A algunos, por menos, les cambió la vida el pasado jueves en el sorteo de la lotería.
Su Gordo particular le tocó cuando tenía ocho años, en el campo de tiro de Montjuich. Allí quedó asombrado ante una tiradora de carabina. Le impresionó su postura, su vestimenta y el arma. «Me quedé flipando», rememora ese niño que, años después, se ha proclamado campeón de tiro olímpico en carabina en Logroño tras superar un cuarto de hora de concentración máxima. En casi un abrir y cerrar de ojos se decide todo en este deporte. Quedaban ocho finalistas.
En cada ronda, se eliminan dos de ellos. Así hasta llegar a la final. González volvió al último escalón antes del título, ese que se le resistía desde hace dos años, cuando fue segundo y tercero en las dos últimas ediciones. En el último duelo, como en las películas de Clint Eastwood que veía de pequeño con su padre, estaba el campeón júnior Juan Cecilia.
«Este año he ido a por todas. Al principio empecé ganando, luego me remontó. Tuve nervios, pero aguanté», recuerda el muradano de adopción, que actualmente reside en la Blume de Madrid —cuna de cientos de deportistas de renombre en España—, entrena en el CAR de Madrid y estudia un grado superior de Odontología.
Entre semana entrena y estudia y los fines de semana, naturalmente, compite. Y, cuando saca tiempo, visita a sus padres en Muros, el municipio donde también suele pasar los veranos. Para acceder al CAR, tuvo que proclamarse campeón de España en categoría júnior. Su entrenamiento se reparte en horas de disparos, pero también de emplearse a fondo en el gimnasio. «Hacemos pesas y lo enfocamos mucho a aspectos relacionados con la espalda. Disparamos con una postura peculiar: la cadera hacia delante y la espalda hacia atrás. Por eso, hay que trabajar mucho la zona lumbar».
El factor psicológico
El prometedor tirador reconoce que el aspecto mental es su principal asignatura pendiente. Para ello, cuenta con la ayuda de una psicóloga deportiva: «Me ayuda a tener la cabeza despejada. He tenido una temporada que me entraban más nervios en las finales».
En su punto de mira, tras desquitarse en La Rioja, está el Europeo de Tallin, que se celebra entre el 5 y el 13 de marzo. Allí se jugará, además del título, un billete para los Juegos Olímpico de París. Eso sí, antes deberá lograr la mínima exigida en un campeonato clasificatorio. Adrián González buscará su plaza en la Copa del Rey, que se celebra en Murcia entre el 3 y el 5 de febrero, y en el Open de Fleury (Francia), que comienza el día 15 del mismo mes.
Adrián González lamenta que España es una mina con talento oculto en su deporte. La receta, como en otros deportes con menos seguimiento, es de sobra conocida. «Las instituciones tendrían que ayudar más», apunta el tirador catalán, que agradece el esfuerzo y apoyo constante de sus padres, Conchi y Adrián, para mantener viva su pasión. «Sin ellos no habría podido hacer nada en este deporte», reconoce el campeón nacional. Una dedicación que costó tiempo y dinero. «Aunque esté en la Blume los hoteles de los desplazamientos me los pago yo. En general es un deporte bastante caro», apunta el joven estudiante. A sus 22 años, su techo está todavía lejos en un deporte que destaca por la longevidad de los tiradores.