
Las empedradas calles de la villa marinera y las rutas para descubrir la naturaleza invitan a relajarse en la localidad
25 jun 2025 . Actualizado a las 13:44 h.Llegar a Rianxo es sumergirse en la historia de Galicia porque es la cuna de un patrimonio cultural universal y único que aflora en las empedradas calles de su villa. Localidad natal de ilustres escritores como Manuel Antonio, Rafael Dieste o Castelao atesora otros importantes valores, como la compañía teatral Airiños, creada en 1933 y la más veterana de cuantas existen en Galicia.
Es imprescindible recorrer el paseo de A Ribeira, sentarse a la sombra de los árboles del Campo de Arriba o caminar pegado al mar para admirar una fortaleza medieval. La localidad cuenta con destacados edificios, como el recién rehabilitado pazo de Martelo. Atención obligada merece asimismo la singular arquitectura de las casas do remo.
Lo cierto es que vale la pena adentrarse en un municipio en el que el mar es casi omnipresente, pero que también cuenta con numerosas rutas para descubrir la naturaleza y relajarse con los olores y sonidos de espacios naturales que conservan su autenticidad.
Uno de los puntos de visita obligados es el paseo marítimo que conecta la villa rianxeira con la playa de A Torre y que prosigue bordeando el litoral hasta Ponte Beluso. En punta Fincheira, tiene su origen otro recorrido que cuenta con un tramo sobre los acantilados para llegar a la playa de Tanxil y, si se continúa, se accede a los arenales de Tronco, O Porrón y As Cunchas por un trazado sombreado.
En cualquiera de las seis parroquias del municipio existen puntos de interés para los viajeros. En la de Taragoña comienza un sendero que sigue el curso del río Té hasta culminar en O Araño. En este punto se encuentra el Pozo do Bastón, donde seguro que apetece darse un baño.
Otro lugar interesante para explorar es la Aldea Maldita de Abuín, un túnel de vegetación que atesora un pasado de leyendas y maldiciones.
Rianxo también es rico en restos arqueológicos, como destacados ejemplos del megalitismo y el arte rupestre. Entre ellos figura el conjunto de mámoas de Os Campiños o los petroglifos de Os Mouchos y A Foxa Vella.
Una de las grandes referencias turísticas es el Museo do Mar. Recorrer el inmueble permite adentrarse en la actividad pesquera, así como en la construcción de embarcaciones. El municipio tiene uno de los últimos astilleros de construcción naval en madera.
Y el colofón es la rica gastronomía, con la xouba y el mejillón como productos estrella.