Un pesquero pirata intentó embestir al buque de los ecologistas que lo hostigaba en el Antártico
RIBEIRA
Sorprenden de nuevo al «Kunlun» y al «Yongding», a los que se vincula con un armador de Ribeira
03 feb 2015 . Actualizado a las 17:52 h.El pastor del mar (traducción de Sea Shepherd) sigue ahuyentando a los lobos de la Antártida. El barco Sam Simon, de la organización ecologista que está en plena operación Icefish, contra la pesca pirata de merluza negra o bacalao de profundidad, sorprendió de nuevo al Kunlun y al Yongding -dos de los tres pesqueros piratas interceptados a finales del año pasado por la Armada neozelandesa-, faenando ilegalmente en aguas australianas, según informó la organización en un comunicado.
Los barcos fueron avistados ayer por la mañana muy al oeste del mar de Ross. Llevaban, aseguran los miembros de Sea Shepherd, redes prohibidas en la cubierta. El capitán del Sam Simon, Sid Chakravarty, ordenó por radio en dos ocasiones a los pesqueros que abandonasen la zona. El primer apercibimiento cayó en saco roto. Al segundo, el Yongding cambió de rumbo y puso proa hacia el buque ecologista, al que se quedó a diez metros de embestir, según explica la organización, que aprecia en esa reacción una evidencia clara de que algo tiene que ocultar.
Sea Shepherd cargó tintas contra las autoridades de Australia y de Nueva Zelanda. En declaraciones al New Zealand Herald, Chakravarty dijo que «está muy claro que no debería haber perdido de vista a estos buques cuando se encontraron por primera vez».
Y es que este es ya el segundo encuentro con los piratas en menos de un mes. Durante dos semanas, la patrullera HMNZS Wellington estuvo hostigando a estos dos pesqueros y a un tercero, el Songhua, pero finalmente abandonó el acoso al estar al límite de su autonomía y tras fracasar los intentos de abordaje.
Los miembros de la organización aseguran que no cejaran en la persecución de los piratas, tras los que continúan.
Sea Shepherd, a la caza de los «Seis bandidos»
La rendición de los neozelandeses, sumada a la inacción del Gobierno australiano, ha dado, a juicio de los ecologistas, alas a los pescadores piratas, de forma que ahora muestran «poco respeto por la autoridad y absolutamente ninguna preocupación por ser apresados», explicó Chakravarty, el capitán del Sam Simon.
Las críticas adquieren mayor valor si se tiene en cuenta que otro barco de la agrupación, el Bob Barker, suma ya 74 días de persecución a otro pesquero pirata, en este caso el Thunder, con bandera nigeriana, que en el sector también vinculan a otra casa armadora de Ribeira.
Contra el Yongding, el Kunlun y el Songhua, todos con bandera de Guinea Ecuatorial, ha lanzado la Interpol sendas notas púrpuras para averiguar la propiedad de las embarcaciones, que se sospecha que pertenecen a Vidal Armadores, una empresa de Ribeira que ya ha tenido condenas por pesca ilegal.
Esos cuatro barcos forman parte de los «Seis bandidos», como Sea Shepherd denomina a la medida docena de pesqueros piratas que están saqueando la Antártida.