Dos emprendedoras desafían a la crisis de la hostelería y abren un bar en Ribeira

C. Fernández RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

CARMELA QUEIJEIRO

Hace dos meses vieron que O Niño do Cuco se traspasaba y no dudaron en llamar

19 nov 2020 . Actualizado a las 20:58 h.

Verjas bajadas, puertas cerradas, bajos clausurados. Esta es la realidad que viven muchos negocios derivada de la situación provocada por el coronavirus. La hostelería es uno de los sectores más golpeados por la pandemia, por eso sorprende ver cómo dos ribeirenses, Sandra Oujo y Ana Paz, se lanzan a la aventura de abrir un bar. «A veces nos cruzamos con gente que nos llama valientes por hacer esto tal y como están las cosas, aunque también nos preguntan si lo hemos pensado bien», explica Oujo.

La respuesta más habitual que dan es ya un mantra para ellas: esto no durará siempre. «Escuchas tantas veces decir que no es el mejor momento para coger un bar que te tienes que repetir varias veces que todo mejorará, para autoconvencerte. Al final, la gente contagia ese pesimismo», comenta Paz.

Ahora son socias, aunque ante todo son familia. «Somos primas, nos criamos juntas y nos llevamos muy bien, por eso decidimos empezar esto de la mano», sostienen. Hace dos meses vieron que O Niño do Cuco se traspasaba y no dudaron en llamar.

El camino recorrido hasta ahora no fue fácil, ya que se encontraron con algunas trabas administrativas. «El papeleo era todo telemático y a través de llamadas. Se hizo muy largo porque las Administraciones aún no están preparadas para trabajar así», lamenta Ana Paz. Por los retrasos derivados de estas gestiones tuvieron que posponer la apertura del local, que en un principio habían fijado para el 14 de noviembre.

La espera no se prolongará más. Este sábado a las 18.00 horas O Niño do Cuco abrirá sus puertas y contará con unos invitados especiales: Os Bugis. «Quisimos contar con ellos porque siempre dan un toque de buen rollo. Además, los músicos tampoco pasan por un momento muy bueno, así que es una forma de apoyarlos», indican. Ambas esperan repetir este tipo de actuaciones siempre que puedan, teniendo en cuenta las medidas pertinentes.

 Redes sociales

Las dos tenían claro que mantener el nombre del bar era clave, ya que es conocido en Ribeira. La idea que manejan es la de conservar la clientela que acudía habitualmente y ganar más consumidores conforme pase el tiempo. Para ello se apoyarán tanto en las nuevas tecnologías como en lo tradicional. «Creamos una cuenta en Instagram para darnos a conocer en ese mundo. Después, confiaremos en el boca a boca, que al final siempre funciona», dice Sandra Oujo.

Para adaptarse al toque de queda, las nuevas dueñas de O Niño do Cuco apuestan por los desayunos, ya que tienen que «centrarse más en el día que en la noche». Aunque no descartan incorporar comidas si en el futuro todo va como esperan.

Los últimos preparativos para el día de la inauguración ya están en marcha, algo que ambas califican como lo más complicado. «Pensábamos que lo más difícil era el papeleo, pero nos espera lo más duro», sostienen las propietarias del bar. Ambas afirman tener sentimientos encontrados: están muy contentas, pero a la vez asustadas. «Quizás no es el mejor momento para empezar esta aventura, pero somos positivas ante lo que vendrá», aseguran.