
La mujer se sacó el carné hace más de 60 años subida en un Seat 600
12 abr 2023 . Actualizado a las 22:16 h.Grandes artistas de la talla de Queen o David Bowie fueron muy adelantados a su época, ya fuera por su estética rompedora o por los mensajes que lanzaban a los fans, lo cierto es que han pasado a la Historia como personajes que corrieron para que los demás pudiesen caminar.
Ese es el caso de Amalia Méndez, la primera vecina de Ribeira en sacarse el carné de conducir hace ya más de 60 años. La nonagenaria, que el próximo 29 de abril cumplirá 92 años, cuenta que se animó a examinarse cuando ya tenía dos hijos y después de que su marido suspendiese la prueba de conducir. Para ello, la barbanzana pasó dos semanas en Santiago en casa de sus padres, durante las que acudió a clases prácticas.
Antiguamente la experiencia no se adquiría sobre el asfalto de la carretera, sino que se aprendía en un circuito cerrado en el que posteriormente se realizaba el test. Méndez cuenta que las pruebas se hacían detrás del cementerio de Santiago y que para superarlas era necesario saber hacer marcha atrás, aparcar, tomar una curva, meter las primeras tres velocidades y saber arrancar el coche cuesta arriba.
De esta manera, mantiene que cuando de verdad se aprendía a dominar el volante era después de obtener el permiso de conducción. La mujer explica que ella hizo prácticas en un SEAT 600 y que su primer coche fue un 1430, lo que le hizo un poco más complicado cogerle el tranquillo dado su gran tamaño.
Primeros kilómetros
El profesor que la enseñó no fue otro que el hombre del concesionario donde había adquirido su nuevo vehículo, que se desplazó desde Santiago hasta Ribeira para darle un par de clases magistrales.
Para Méndez poder desplazarse sola significó tener mucha más libertad. Durante la entrevista bromeo diciendo que «eu daquela dicíalle as miñas amigas que elas tiñan que ir onde ía o seu home e que o meu home tiña que ir onde quería eu».
Especifica que «sempre fun adiantada á miña era» y pone de ejemplo las veces que le dijeron algo por llevar un escote pronunciado o sandalias con los pies al aire: «Nunca me preocupei do que dirán».
Méndez, que no dejó de lado la conducción hasta hace tan solo unos años, manifiesta que nunca ha tenido un accidente y que siempre ha sido precavida. Se acuerda de anécdotas de cuando tenía poca experiencia, como la vez que de camino a Ferrol y subiendo una cuesta con curvas, prefirió poner el freno de mano y la primera marcha para dejar que pasaran todos los coches y arrancar después tranquilamente.
Antiguos prejuicios
Aunque esta vecina de Ribeira , que fue una pionera, manifiesta que su entorno no la criticó por sacarse el carné, lo cierto es que si recuerda algunos chascarrillos por parte de amigos como «xente ás leiras que ven Amalia», aunque sin mala intención.
Por su parte Miguel Bretal, fundador de una autoescuela Miguel, cuenta que antes era extraño ver a una chavala que quisiese examinarse: «A xente dicía aquela parvada de muller ao volante perigo constante». Por el contrario, dice que su experiencia como profesor le ha demostrado lo contrario y que los tiempos han cambiado mucho. «Antes era impensable ver a unha condutora de camións ou autobuses, pero agora é o máis normal do mundo».