
Una treintena de playas, la emblemática isla de sálvora y un puerto de bajura que es referente, los atractivos
25 jun 2025 . Actualizado a las 13:17 h.Su situación, en la bocana de la ría de Arousa, abriéndose al océano Atlántico, convierten Ribeira en un territorio estrechamente vinculado al mar. El gigante azul condiciona la economía del municipio, pero se convierte también en un recurso turístico inagotable. A él se suman otros, como historia y paisaje.
Ribeira alberga dos espacios naturales protegidos. Al Parque Nacional das Illas Atlánticas pertenece Sálvora, declarada BIC, reserva de estudio para científicos en muy diversos campos y protagonista de la heroica historia de unas mujeres que, en la madrugada del 2 de enero de 1921, salieron en auxilio de los pasajeros del vapor Santa Isabel, hundido en su costa.
El otro es el Parque Natural de Corrubedo, Lagoas de Carregal e Vixán, donde se encuentra la mayor duna móvil de Galicia.
Los restos que se conservan del pasado de Ribeira constituyen también un importante recurso turístico. El más importante, el dolmen de Axeitos, considerado la obra cumbre del megalitismo gallego. El túmulo está coronado por una gran loseta y formado por siete ortostatos verticales.
Otro gran emblema es el castro de A Cidade, cuyas excavaciones permitieron sacar a la luz 15 construcciones de la Edad de Hierro y una caseta de vigilancia del siglo XVIII.
En esta época, con el verano por delante, las playas cobran especial relevancia, y Ribeira ofrece una treintena. Las hay bañadas por las plácidas aguas de la ría de Arousa, como la urbana de Coroso, o las de mar abierto, como O Vilar, y las que cautivan por su cordón dunar, como la de O Castro-Katía.
En una visita a la ciudad es necesario pasar por su puerto, cobijo de decenas de embarcaciones; entrar en la lonja para seguir en directo una subasta, y catar el pescado y marisco locales.