Un modelo muxián en Cibeles

Kiko Novoa kiko.novoa@radiovoz.com

CARBALLO

02 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Es Miguel Sar («ou Mighel , que eu falo coa gheada e moitos me chaman así»), un tío que presume de haber nacido en Muxía mientras se pasea por la pasarela de Milán, Madrid o Barcelona. Su naturalidad y fortaleza le han llevado a moverse entre los más grandes modelos de Europa sin perder sus raíces, o mejor dicho, mostrándolas con orgullo.

Me dicen que por Muxía todavía le conocen como o dos ollos bonitos , y no seré yo quien lo niegue. Hace unos días, Miguel, de 28 años («xa vou algo maduro», bromea), desfiló diseños de María Lafuente , que lo eligió para mostrar su colección de hombre, puesto que hasta entonces sólo llevaba a las pasarelas piezas femeninas. «Levo sete anos fóra de Muxía, primeiro en Vigo e logo en Madrid, dende hai catro anos», rememora mientras repasa su trabajo en la tele, en las revistas y sobre la pasarela, «onde máis cómodo estou», admite.

En la Pasarela Cibeles, hace una semana, Miguel ocupó un lugar destacado, junto a presuntamente glamurosos modelos. «Non hai dereito a que a única pasarela realizada con cartos públicos teña como base a modelos estranxeiros na súa maioría», reclama. Y es escéptico ante la cacareada creación de una macropasarela gallega: «Como en Galicia, en ningures, pero para crear algo serio precísanse moitos cartos».

Ahí lo tienen. Un tipo auténtico. Un cuerpo serrano que, por cierto, nunca rechaza una hamburguesa siempre que esté buena, of course . Hay que comer de todo.

No les descubro nada si les digo que el restaurante Criollo de Carballo, conocido por todos como A de Abel , es una parada obligada para los amantes del buen comer. De hecho, yo tengo unos amigos que me llevaron el otro día a gozar del asunto (extraños amigos estos que me invitan y después me hacen pagar, leñe...) y tengo que admitir que el asado que me pusieron en el plato me trasladó al limbo de la carne, si realmente existe. Sólo sé que tras el primer bocado vi una luz blanca, que uno ya no sabía si perseguirla o arrimar otra dentellada al material. Así fue como dije, hale, lo de la luz blanca puede esperar, que ahora mi cuerpo sólo puede ser propiedad de la freba y el paladar. Una gozada, créanme.

Los culpables de tanto misticismo culinario son Carmen Souto y Abel Vázquez , grandes artesanos de la carne bien hecha. Fíjense, 35 años llevan a vueltas con el producto. Así en plan lento. Que sean otros 35 más, por lo menos, y que esa luz blanca, pardiez, me vuelva a llamar para llegar a la gloria...

Una vez más la fiesta de Verdes, en Coristanco, volvió a la cita anual. Su presidente, Ramón Abelenda , nos decía hace unos días que la romería había cambiado mucho en los 42 años que lleva en el cargo.

Es la fiesta de San Adrián, organizada por la tasca O Refugio. Es cierto que mucho romeros ya no se lanzan a la carballeira para disfrutar de las viandas, pero también es verdad que la fiesta sigue llenando de buen ambiente el entorno.

Tras los oficios religiosos del sábado, se desarrolló la procesión y la subasta de animalitos. Muchos de ellos, que me perdone el santo, estarán arestora cerca de disponerse a ser víctimas de las potas y los fogones (si no han pasado ya al sistema digestivo de sus dueños). Felicidades para los organizadores, pues.